Páginas

22 de enero de 2008

LA CRISTALA CONDENADA A BARRER...


Luis Rey de Castro


Como su nombre indica, Cristala Constantinides fue siempre constante y transparente como un cristal. Constantemente rojo-púrpura y transparentemente marxista-leninista-fidelista-staliniana. Nada de “rosadita” o “caviar”, porque para luchar contra la Southern Perú y si es posible sacarla del país a patadas --puesto que era la mina más importante del país y lo aconsejaba Hugo Blanco--, la alcaldesa de Moquegua tenía que ser roja de verdad y no una de las escuálidas imitaciones actuales.

Cristala fue una feroz alcaldesa aupada por Izquierda Unida en el tórrido y soñoliento confín de la provincia de Moquegua, donde había que impedir que prosperara la explotación de cobre en Cuajone, la mina más moderna del país. La mina de los salarios más altos de la minería, el campamento minero más confortable y dotado, el hospital mejor montado y equipado del Perú, el club para obreros, empleados y sus familiares más atractivo, los colegios y servicios sociales para los hijos de los trabajadores como no se encontraba iguales en todo el cono sur... Realmente, los comunistas estaban furiosos.

Con el apoyo de los marxistas de entonces, Cristala se propuso acabar con todo eso y hostilizó a la Southern hasta conseguir que Moquegua perdiera oportunidades, proyectos, inversiones... mientras el cobre seguía su marcha triunfal. ¿Qué otro nombre tenían en Moquegua la torpeza, la ineptitud, la necedad? Cristala Constantinides. Mismo cura Arana de Cajamarca, pero sin apoyo de obispos y prelados.

Pasaron los años y las lluvias. Doña Cristala dejó de ser alcaldesa convertida en presidenta de la región Moquegua que, gracias al disparate de “regionalización” que vivimos, dicha región es el departamento de Moquegua, tanto como el departamento es la región: empate a 0.

El miércoles pasado, la magistrada de la Sala Mixta de la Corte Superior de Moquegua leyó la sentencia a la que Cristala se hizo acreedora por bloqueo de vías y agresión contra el fiscal provincial y el jefe regional de la Policía Nacional, durante las jornadas de protesta en la que se llamó “la guerra del agua”, a fines del 2006. La ex presidenta del gobierno regional ha sido sentenciada: durante 160 días deberá barrer calles y realizar trabajos de limpieza a favor de la comunidad y entidades públicas. La investigación de las agresiones, las fotos y los videos tomó más de un año. Por fin, se la encontró culpable: ¡a barrer calles, Constantinides…!

Parece que en la cálida y soñolienta Moquegua sí tienen pilas y bien puestas. Lo digo porque el cura Arana sigue perpetrando los atropellos que le da la gana y las Obregonas y Malpartidas otro tanto, sin que nadie sentencie. Tal vez continúan estudiando las fotos y los videos. O quizás en este país ya es lícito asaltar el Congreso de la República a patada limpia e impedir por la fuerza y la violencia la erradicación de cocales ilícitos, sembrados para uso y felicidad del narcotráfico, de las Malpartidas y las Obregonas...

¡Oh país, sin memoria y sin sanción...!

Diario El Correo – Lima 22/01/2008