Luis Rey de Castro
Como su nombre indica, Cristala Constantinides fue siempre constante y transparente como un cristal. Constantemente rojo-púrpura y transparentemente marxista-leninista-fidelista-staliniana. Nada de “rosadita” o “caviar”, porque para luchar contra
Cristala fue una feroz alcaldesa aupada por Izquierda Unida en el tórrido y soñoliento confín de la provincia de Moquegua, donde había que impedir que prosperara la explotación de cobre en Cuajone, la mina más moderna del país. La mina de los salarios más altos de la minería, el campamento minero más confortable y dotado, el hospital mejor montado y equipado del Perú, el club para obreros, empleados y sus familiares más atractivo, los colegios y servicios sociales para los hijos de los trabajadores como no se encontraba iguales en todo el cono sur... Realmente, los comunistas estaban furiosos.
Con el apoyo de los marxistas de entonces, Cristala se propuso acabar con todo eso y hostilizó a
Pasaron los años y las lluvias. Doña Cristala dejó de ser alcaldesa convertida en presidenta de la región Moquegua que, gracias al disparate de “regionalización” que vivimos, dicha región es el departamento de Moquegua, tanto como el departamento es la región: empate a 0.
El miércoles pasado, la magistrada de
Parece que en la cálida y soñolienta Moquegua sí tienen pilas y bien puestas. Lo digo porque el cura Arana sigue perpetrando los atropellos que le da la gana y las Obregonas y Malpartidas otro tanto, sin que nadie sentencie. Tal vez continúan estudiando las fotos y los videos. O quizás en este país ya es lícito asaltar el Congreso de
¡Oh país, sin memoria y sin sanción...!
Diario El Correo – Lima 22/01/2008