Páginas

11 de febrero de 2008

SATANÁS MINERO

Rincón del autor. Manuel Pardo soñaba con invertir el guano en la educación, pero hoy ya es un hecho que los impuestos a la minería cubren todo el presupuesto educativo.


Por Richard Webb


Durante tres siglos España se llevó el oro y la plata, y poco hizo para mejorar la vida de los peruanos. Más bien, la codicia minera fue causa directa de barbarie, robo, matanzas y trabajo forzado. El dinero del guano sí quedó mayormente en el Perú, y financió la liberación de los esclavos y la construcción de ferrocarriles, pero al final lo que se invirtió fue la menor parte; y el guano también nos degradó con la esclavitud encubierta de los coolíes chinos, y con una vasta corrupción.

El balance de la minería es más favorable en el último siglo. Ha creado infraestructura, distritos mineros que gozan de índices de desarrollo humano y presupuestos que son la envidia de sus vecinos, y ha sido una fuente principal de divisas y de presupuesto fiscal para la nación. Sin embargo, hubo abuso de los derechos de la población local y se dejó una contaminación masiva que afecta a comunidades pobres. La historia es similar con la extracción del caucho, que causó estragos entre la población amazónica; y con la pesca y la extracción de maderas, ambas plagadas de ilegalidad, corrupción y destrucción ambiental. La economista Rosemary Thorp, de la Universidad de Oxford, autora de una importante historia de la economía peruana, opinó tajantemente, en una entrevista a "La Revista Agraria", del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), que "la minería no ha traído desarrollo al Perú," y mostró un cerrado pesimismo en cuanto a los beneficios futuros de la minería.

La riqueza regalada sí crea botarates, corroe moralmente y reduce el incentivo para la eficiencia y el trabajo. Pero los recursos naturales no son una maldición, sino una oportunidad que conlleva peligros. Y el dispendio, el abuso de derechos, la corrupción y la destrucción ecológica no son leyes humanas, ni los resultados inevitables de cierta actividad económica, sino productos de una sociedad particular. Países dotados de riqueza natural como Chile, Finlandia, Botswana, Canadá, Nueva Zelanda, Noruega, Australia, Islandia y Malasia supieron aprovechar esos recursos para levantar sus economías y su calidad de vida, y varios de ellos son ahora sociedades modelo. Además, la calidad de gobierno y la fibra de una sociedad no son cualidades estáticas.

El Perú del 2008 no es el de los virreyes, ni el de Castilla, ni el de Odría, y tampoco somos un Congo o Venezuela. Manuel Pardo soñaba con invertir el guano en la educación, pero hoy ya es un hecho que los impuestos a la minería cubren todo el presupuesto educativo, además de gran parte de la salud pública. No existe una maldición de los recursos naturales en abstracto, y ni la teoría sociológica ni la evidencia histórica se prestan al determinismo fatídico de la profesora Thorp.

Todo esto no pasaría de ser un debate académico si no fuera porque, poco después de su pronunciamiento, la profesora Thorp fue elegida presidenta de la ONG Oxfam, de Gran Bretaña, entidad externa que ha tenido un papel determinante en varias disputas entre la población local e inversionistas mineros, como los de Tambogrande, Tintaya, Cajamarca, La Oroya y Camisea. Las acciones de Oxfam, algunas de protagonismo abierto y otras de financiamiento encubierto de activistas locales, han contribuido a demorar o frustrar la inversión.

El director regional de Oxfam a cargo de esas acciones las ha justificado expresando un pesimismo antiminero. Más formalmente, Oxfam presentó, en el 2001, un informe que cita la correlación entre ser país minero y tener poco desarrollo humano para concluir que "el mejor camino para las naciones pobres sería evitar totalmente las industrias extractivas de exportación". Sin embargo, la afirmación de Oxfam está lejos de haber sido comprobada. Las evidencias contrarias son fuertes y es absurdo generalizar para todo el mundo. La democracia peruana actual, y los avances logrados en la dirección de la transparencia fiscal, lucha contra la corrupción, y la descentralización política crean un marco altamente favorable para una minería que sí contribuiría sustancialmente al desarrollo nacional. Más bien, los que dirigen su acción humanitaria creyendo en demonios y maldiciones corren el riesgo de agravar la pobreza en vez de reducirla.

Diario El Comercio – Lima 11/02/2008







TRES INFORMES DE MEDIO AMBIENTE


Brack, hoy con el Senamhi.


En las próximas semanas la comisión encargada de implementar el Ministerio de Medio Ambiente presentará tres informes a la Presidencia del Consejo de Ministros, dijo el coordinador de dicha entidad, Antonio Brack.

Se trata del diagnóstico ambiental nacional, los lineamientos para la política nacional del ambiente y un proyecto de ley con su debida justificación para la creación del Ministerio del Ambiente.

Hoy se reunirá con funcionarios del Sistema Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI) para determinar si es conveniente que esta dependencia forme parte del nuevo Ministerio del Medio Ambiente.

Diario La República – Lima 11/02/2008