Páginas

7 de mayo de 2008

"GOBIERNO NOS LLEVA A PELIGROSA POLARIZACIÓN"


Eliana Villavicencio, Trujillo


¿Cómo conjugar los conceptos derechos humanos y minería para lograr un desarrollo sostenible en el país?


Difícil conjugar estos dos conceptos. Hay incompatibilidad debido a que la minería no es una actividad económica sostenible. Se contrapone a las actividades económicas sostenibles como la agricultura y la ganadería. No permite que estas se desarrollen mientras haya extracción minera, pues trae contaminación ambiental. Es allí cuando empieza a colisionar con los derechos humanos, como el de tener agua y tierra limpias, afectando sobre todo a los más pobres.


Pero si somos un país rico en minerales ¿cómo aprovechar esos recursos que están allí?


Creo que sobre la actividad minera hay que privilegiar actividades económicas sostenibles. Por ejemplo La Libertad, que es una de las regiones con mayor concesión minera en el norte, que tiene un potencial turístico, agrario y ganadero.

¿Cómo aseguramos la calidad de los suelos y de las aguas y de la disponibilidad de la tierra para estas actividades, si hay minería?


Después de todo lo que ha costado el sistema de irrigación del Proyecto de Chavimochic hacer minería acá sería una locura.


Propone entonces que optemos por no extraer los minerales?


Yo creo que la minería es necesaria para la economía del país El problema es dónde hacer minería, qué tipo de tecnología se debe usar, qué fiscalización ambiental hay para ello y cómo se aprovechan mejor los recursos y esas inmensas riquezas que genera la minería en bienestar del país y no de pequeños grupos de poderes o empresas. El problema no es que no se haga minería. Cajamarca, que es una región minera, sigue siendo pobre.

¿Y el desarrollo sostenible?

¿Falta fiscalización a las mineras por parte de1gobierno?


El gobierno es cómplice de los atropellos ambientales que causan las mineras. Los grandes intereses económicos siempre han estado detrás del poder político. No se trata de una oposición a ultranza, se trata de una posición crítica en la medida de que los marcos jurídicos no garantizan que la minería esté convenientemente fiscalizada desde el punto de vista ambiental. Hay corrupción, impunidad...

No hay conciencia ambiental...


No la hay. El Apra, cuando entró al gobierno, no tenía un plan de protección ambiental. Un acuerdo comercial con EE.UU. ha tenido que obligado a pensar en un Ministerio del Medio Ambiente. Pero necesitamos un ministerio con prerrogativas de fiscalización y sanción, que recoja las propuestas de la ciudadanía, no una cartera que promocione la actividad minera sin control.


RECHAZA PERSECUCIÓN


Al parecer el gobierno quiere divorciarse de las O NGs defensoras de los Derechos Humanos


¿Cuál es su apreciación?


No sólo eso, sino que el ataque que inició contra ellas es una especie de psicosocial para contrarrestar la resistencia de las comunidades que se oponen a la minería. Es una situación que preocupa, porque se observa un creciente autoritarismo, en un ambiente de conflicto social donde se favorece al que más tiene y se perjudica al más pobre. Y en el que intenta criminalizar las protestas.


¿A dónde nos conduce ello?


A una peligrosa polarización. Eso puede llevar a escenarios de confrontación, que generaría crisis de ingobernabilidad. -¿En qué se basa cuando habla de contaminación por minería?

Recientemente se realizó una consultoría internacional en varias regiones. En La Libertad se encontró elevados índices de contaminación en los ríos, de la cual es responsable el sector minero formal debido a las grandes cantidades de químicos que usan.


ATENCIÓN. Sobre la minería informal del Cerro El Toro, en Huamachuco, el padre Arana señaló que es urgente que el gobierno investigue el destino del oro extraído. "¿A dónde se va ese oro? ¿Al contrabando o al stock de las mineras formales?", se preguntó.


OLVIDO. Asimismo, manifestó que falta solidaridad entre las poblaciones urbanas y rurales para luchar contra la contaminación ambiental producida por las mineras.

Diario La República – Lima 07/05/2008







MEDIO AMBIENTE.AGUA Y ROCA


Por José Luis López Follegati


Languidece el tiempo de los duros que no vacilan, no perdonan y sentencian. Una nueva y sutil hegemonía está creciendo: la de la suavidad, cuya flexibilidad les permite adaptarse, complementarse y encontrar en lo malo el lado bueno por donde seguir fluyendo. Recogiendo a nuestro poeta José Watanabe: "El mundo aún no alcanza su total y cerrada dureza de piedra, todavía sobrevive algo que se contrae y se distiende debajo de algunas superficies y fluye un cierto frescor de aguas remotas…".

Sólidos como la roca, los duros están hechos para la conquista. Son hábiles, fuertes y decididos. El mundo que afirman comprender se compone de resultados, categorías y productos. La certeza proviene cuando algo se puede medir, su enfoque es sobre los problemas y resuelven su unidad cuando tienen a alguien a quien oponerse luego de dividir el mundo entre buenos y malos. El reinado absoluto de la razón los convierte en dueños de una verdad que tienen que enseñar o imponer. No toleran la incertidumbre y demandan orden y formalidad de instituciones cerradas, corporaciones sólidas y un Estado fuerte, para garantizar, en nombre de la eficiencia, una estricta división de lo público y lo privado y no permitir que el calor de los corazones reblandezca a las mentes preparadas para la dura competencia en este mundo siempre dividido.

Fluidos como el agua, los suaves han sido convocados para aquietar y reagrupar el mundo. Son diestros navegadores en el caos y la incertidumbre, dotados de una mirada abierta que les permite comprender y, eventualmente, fusionar la formidable diversidad que les ha tocado vivir. Antes que en los resultados su aprendizaje está en los procesos. Su versatilidad les permite adecuar productos de acuerdo con las cambiantes exigencias del mercado. Saben fluir en la dualidad, comparten verdades con el otro que piensa diferente. Están siempre dispuestos a la conectividad, así como a la armonización del cuerpo, la mente y el espíritu. No dividen emoción de razón ni la esfera pública de la privada, más que en la regulación confían en la propia voluntad de cambio de las personas e instituciones porque reconocen que no hay otra forma de hacer que el mundo se reencamine.

Agua y roca no se excluyen: solo están realineándose. La globalización y la revolución de las comunicaciones se expanden a la par del cambio climático. Formidables fenómenos que aún no podemos comprender a cabalidad. Riesgo y oportunidad caminan entrelazados. Cataclismo y renacimiento. Portentoso despliegue de un mundo que se ha estrechado a la par que se abre. Requerimos de nuevos saberes, actitudes y modos de ser y hacer. Qué nos queda entonces: enfrentar o adaptarnos, homogenizar o fusionar, cerrar o abrir, contener o fluir, navegar o posicionarse, compartir o poseer, mitigar o solucionar. Culpar o unirse. Dominar o proteger. Confiar o descreer. ¿Como el agua o como la roca? Este no parece ser un tiempo de escoger. Solo de fluir.

Diario La República – Lima 07/05/2008