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25 de noviembre de 2011

CRÓNICA DE UN DESASTRE ANUNCIADO. PROYECTO CONGA, EL DESASTRE QUE SE VIENE…



El antes y el después de Yanacocha explicado de manera convincente. ¿Qué dice el Banco Mundial y las autoridades ambientales nacionales y organismos internacionales de un proyecto que atenta contra el agua y agrava el cambio climático?

“Solamente cuando se haya envenenado el último río, cortado el último árbol y matado el último pez, el hombre se dará cuenta que no puede comerse el dinero”.

El 31 de marzo del año en curso, Minera Yanacocha presentó en Audiencia Pública en el caserío San Nicolás (distrito de La Encañada) el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del Proyecto Minas Conga, elaborado por la empresa Knight Piesold por encargo de Yanacocha. Minas Conga es un proyecto mucho más grande que el propio Yanacocha, pues comprende por lo menos unas 25,000 hectáreas.

Aunque el 95 % de las áreas a explotar pertenecen a los distritos de Sorochuco y Huasmín de la provincia de Celendín y sólo el 5% al distrito de La Encañada, el Ministerio de Energía y Minas programó la Audiencia Pública en el caserío mencionado, y sin que se haya hecho la difusión necesaria.

El mencionado Estudio de Impacto Ambiental contiene una serie de falsedades. No es cierto, por ejemplo, que en el área donde se desarrollará dicho proyecto y en las áreas aledañas exista actividad minera.

Por el contrario, en los caseríos de Quengorío Alto, Quengorío Bajo, San Nicolás, El Porvenir, Agua Blanca, Chugumayo, Piedra Redonda, Namococha, Totoracocha y otros, actualmente se desarrolla ganadería extensiva y actividades agropecuarias en general, como ha hecho ver la Plataforma Interinstitucional Celendina en una de sus observaciones.

El Proyecto Minas Conga quiere extraer entre 480 mil y 780 mil onzas anuales de oro y 90 mil toneladas de cobre, para lo cual abrirá enormes tajos o cráteres, como lo ha hecho en las zonas cercanas a la ciudad de Cajamarca, lo cual causará graves impactos sobre el paisaje, el suelo, el agua, las plantas, los animales y otros componentes del medio ambiente.

Para sacar el oro disperso entre las rocas del subsuelo, Conga destruirá las lagunas existentes en esa zona de la jalca, entre ellas las más grandes como Chailluagón, El Perol, Alforjacocha, Lucmacocha, Mishacocha y la laguna Azul o Cortada, la mayoría de las cuale4s pertenecen a la provincia de Celendín. ¿Qué ofrece Yanacocha a la población para compensar la destrucción de estas lagunas?: construir cuatro reservorios o represas con las que, supuestamente, los campesinos tendrán más agua que la que ahora tienen en las lagunas que desaparecerán.

Indudablemente, el impacto más grave será la desaparición de los acuíferos; no solamente de las lagunas mencionadas, sino de todas las fuentes de aguas superficiales y subterráneas en toda el área de operaciones y áreas adyacentes. Sucederá esto, pues la región Jalca, debido a su vegetación típica como los pajonales, bofedales y matorrales y a su subsuelo orgánico rico en turba, es como una inmensa esponja que almacena el agua de las lluvias y que la va filtrando lentamente al subsuelo, alimentando las aguas subterráneas y originando muchos manantiales ubicados más abajo y en las regiones Quechua y Yunga.

Para extraer la gran cantidad de rocas que contienen el oro, el Proyecto Conga primero tiene que retirar la vegetación y el suelo orgánico que almacenan el agua; por lo tanto, la esponja hídrica o colchón acuífero desaparecerá, además de las hermosas lagunas.

Después, cuando caigan lluvias torrenciales, el agua caerá directamente sobre rocas descubiertas y la tierra removida y, al no existir plantas que frenen su avance, discurrirá rápidamente hacia los ríos, quebradas y demás zonas bajas como agua con barro o, incluso, como avalanchas o huaicos, arrastrando sedimentos y posiblemente también aguas ácidas provenientes de la mina que contaminarán las aguas superficiales y subterráneas.

Y cuando llegue la temporada de sequía, los ríos y quebradas que tienen sus orígenes en la zona que quiere explotar Minas Conga se secarán o quebrarán con muy pocas aguas y las partes bajas, incluyendo nuestras ciudades y pueblos ubicados en la región Quechua y en los valles o temples, sufrirán escasez de agua para riego y hasta para consumo humano (que ya se sufre en Celendín en épocas de verano -anotación de Chungo y batán), pues varios manantiales o puquios pueden desaparecer o disminuir considerablemente sus caudales.

En cuanto a regadío, por ejemplo, el Ing. Ludgerio Abanto, quien realizó estudios preliminares el 2003 en la zona que quiere explotar Proyecto Conga, considera que se afectarán 6 canales principales de riego, los cuales totalizan una capacidad de 151 litros por segundo, recorren 43 Km. de longitud, irrigan 555 Ha. de tierra y benefician a 529 usuarios, sin contar a los usuarios del área de influencia indirecta que suman 3789 en la subcuenca del río Chonta.

Además, hay que tener en cuenta que las lagunas y humedades existentes en la zona no son cuerpos de agua aislados sino sistemas hídricos complejos, pues están relacionados con extensas microcuencas o áreas de captación, con corrientes de agua subterránea que también alimentan a las lagunas, y todos estos humedales son cabeceras de varias cuencas o proveedores de agua de los ríos Sendamal, Jadibamba, Campanario, Llaucano, Grande y otros, que tienen largos recorridos y forman muchos valles en los que asientan ciudades y pueblos.

Como es sabido, los ríos Sendamal y Jadibamba recorren extensas zonas de los distritos de Sorochuco y Huasmín, y se unen para formar el río La Llanga que pasa por Llanguat y desemboca en el Marañón; el río Campanario sirve de límite a los distritos de La Encañada, Cajamarca y Hualgayoc y es un afluente del río Llaucano, el cual recorre las provincias de Hualgayoc y Chota; el río Grande es uno de los tres ríos que forman el río Chonta, que pasa por Otuzco y Baños del Inca. Así pues, construir reservorios en reemplazo de las lagunas de ninguna manera compensará lo que la naturaleza ha creado en millones de años y, de hecho, alterará drásticamente el ciclo natural del agua.
El chorro Cornelio, una maravilla natural que desaparecería por el proyecto Conga

La desaparición de las lagunas y otros acuíferos o fuentes de aguas superficiales y subterráneas donde operará Minas Conga perjudicará también la principal maravilla natural de Celendín: las hermosas cataratas del Chorro Cornelio que forma el río Jadibamba en la banda de Jerez (Huasmín), pues en las épocas de lluvia es probable que en vez del agua cristalina caiga una avalancha de agua sucia, y en los meses de sequía quizás desaparezcan las cataratas si se secan los manantiales y demás acuíferos que alimentan al río Jadibamba.

La destrucción de las lagunas, quintales, quishuares, pajonales, bofedales, matorrales y del suelo en esa zona de la Jalca, y su reemplazo por enormes cráteres, PDs, pozas de cianuración, plantas de tratamiento, depósitos de desmonte, carreteras y edificios, no sólo implicará un tremendo impacto negativo sobre los recursos hídricos, sino también causará la pérdida de un valioso ecosistema y recurso paisajístico que podría ser aprovechado para promover la recreación y el ecoturismo, cuyos ingresos podrían ir en beneficio de las poblaciones campesinas aledañas a las lagunas y de los distritos en donde éstas se encuentran. Y si también se perjudican las cataratas del Chorro Cornelio, los daños serán mayores.

También puede estar en peligro otra maravilla natural: el Bosque de Piedras de Huangashanga (distrito de Huasmín), mucho más grande y variado que el de Cumbe Mayo en Cajamarca (considerado una de las 7 maravillas del Perú), porque Minas Conga podría utilizar las enormes rocas del bosque de piedras de Huangashanga con el fin de extraer cal y llevarla a sus plantas de tratamiento de aguas ácidas para contrarrestar la acidez de éstas. Esto sería un atentado a otro valioso recurso que podría servir para el desarrollo ecoturístico, además de dañar el hábitat de varias especies de fauna que viven en el enorme laberinto que forma el bosque de piedras (por ejemplo las vizcachas).

De todos estos daños o impactos negativos que podrían producirse –y otros que por razones de espacio no mencionamos -no sólo será responsable la ambición y voracidad de Minera Yanacocha, sino los gobiernos de Fujimori, Toledo y Alan García, porque han permitido y permiten que las empresas transnacionales exploten nuestros recursos en donde se les dé la gana, y obtengan enormes ganancias a costa de la Madre Tierra y de la salud de las poblaciones.

Servindi-Lima 25.11.2011