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3 de febrero de 2012

LIMA TAMBIÉN MARCHÓ POR SU DERECHO AL AGUA



Fue un pasacalle de colores que invitó a los limeños a meditar sobre el peligro inminente de la escasez del agua, de la contaminación ambiental y del derecho que nos asiste para acceder al agua así no tengamos con qué pagarlo. Así es el derecho fundamental. Nadie debería morir por falta de agua.

Lima también tiene su Conga
Más de quinientas personas participaron ayer en la capital del pasacalle en apoyo a la marcha nacional del agua que iniciaron comuneros y ronderos de Cajamarca y que prevé llegar a Lima en diez días.

Sin embargo, Lima tiene sus propias razones para marchar por un derecho que le es ajeno a un gran número de habitantes.

Agua de mala calidad para ser consumida, pésimo servicio y por si fuera poco más de un millón 700 mil limeños no tienen agua en sus casas, sostiene Willy Zabarburu, dirigente de Tierra y Libertad, uno de los animadores de la marcha.

En San Mateo, alturas del río Rímac, pende una amenaza para la población por la actividad minera y las plantas de relaves tóxicos de Toromocho y San Juan, en especial, las que están en el cerro Tamboraque.

Las aguas del rímac son consideradas las más contaminadas a pesar de que abastece al 80 por ciento de limeños.

Lima debería tomar conciencia de que el agua es un recurso fundamental para la vida de sus habitantes, no es solo un problema de las partes andinas, de las partes altas, es también un problema de las ciudades, indica Zabarburu.


Foto: Iván Herrera

El precio del agua

Se estima que en Lima Norte hay 500 mil habitantes que no cuentan con el servicio de agua potable. Ellos deben pagar hasta diez veces más el precio del agua que cualquiera que lo tiene.

Un delegado de esta zona manifestó que el río Chillón también se encuentra contaminado y que la marcha es un pedido al Gobierno para que ponga en agenda la solución de los problemas ambientales e hídricos, que evite el deterioro de las cuencas.


Foto: Iván Herrera

Promesas que se pueden cumplir

Mientras se desplazaban por las avenidas Wilson y Colmena, los dirigentes demandaron al presidente Ollanta Humala que cumpla las promesas que ofreció para defender las lagunas en Cajamarca.

Pidieron la intangibilidad de las cabeceras de cuenca y el respeto de las decisiones de los pueblos indígenas sobre los proyectos que se prevean ejecutar en sus territorios.

Lourdes Huanca, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (Femucarinap), indicó que marchaba como dirigente junto a un grupo de madres preocupadas por la alimentación de sus hijos y en contra de que se toquen las fuentes naturales de agua para beneficio de la minería.

Consideró que no se siente antiminera, ni anti Conga, “queremos defender la vida, garantizar el agua para nuestros hijos. Habrá cantidad de oro y cobre en la costa, en la sierra, pero eso no vamos a comer”, dijo.

Otro de los participantes del pasacalle, el escritor Daniel Mathews, aseguró que si no defendemos el agua, ni siquiera para barbarie vamos a quedar. “Lo que pase en Conga va a pasar en el país”. Ollanta Humala debe elegir en cumplir sus promesas o esperar a que los que votaron por él se conviertan en sus opositores, puntualizó.
Agua: ¿negocio o derecho?

Willy Zabarburu afirmó que debido a que es un recurso estratégico y vital, el agua debe ser considerado un derecho humano y no una forma para obtener ganancias.

“Debe repensarse dentro de una política nacional de desarrollo integral que incluya todas las actividades económicas o productivas, tambien la minería, pero una minería responsable, que mantenga niveles de calidad y estándares de protección del medio ambiente”, expresó.

Necesitamos discutir racionalmente sobre el Perú. Si es un país minero en donde puedes hacer lo que quieras en cualquier lugar, o si respetamos su biodiversidad, si protegemos sus recursos, en la cual la minería exista siempre y cuando bajo esos estándares, acotó.



Foto: Javier Ugaz


Foto: Javier Ugaz

Servindi-Lima 02.02.2012