Páginas

7 de octubre de 2013

Conga está yendo

“En el 2015 evaluaremos si se construye el proyecto Conga”
Entrevista a Javier Velarde, Gerente General y Asuntos Corporativos de Newmont Sudamérica.
El presidente Humala declaró que Conga no es un problema del Estado y que se les ha dado todos los permisos, ¿qué piensa usted?

Conga es un problema de todos. Deben participar el Estado, la empresa, los alcaldes y la comunidad. Tenemos la aprobación del estudio de impacto ambiental (EIA), permisos…

— ¿Tienen todos los permisos para construir el reservorio El Perol?
Falta el de la ANA, Autoridad Nacional del Agua, porque recién presentamos el pedido. Nuestra prioridad no fue terminar cuanto antes el reservorio El Perol, sino finalizar el reservorio de Chailhuagon, socializarlo, que las comunidades lo visiten, y poder explicar El Perol en función de Chailhuagon. Así lo entenderán mejor.

— El presidente dijo también que se ha garantizado la propiedad y el orden público.
Se hizo el esfuerzo pero las condiciones sociales lo rebasaron. Más que una garantía del Estado necesitamos un clima social para seguir avanzando. Lo tiene que construir la empresa, pero también el Estado. Para un proyecto de semejante envergadura, la empresa siempre debe ir acompañada del Estado. No puede hacerlo sola.

— ¿Qué debe hacer el Estado para que el clima social sea promisorio?
Comunicar y dar a conocer, mediante hechos concretos, cuáles son los beneficios que genera un proyecto como este para las comunidades. En el pasado, las comunidades no se han visto lo suficientemente beneficiadas con estos proyectos.

— ¿Eso no le corresponde a la empresa?
Le corresponde al Estado, invirtiendo en las zonas de influencia directa del proyecto los montos que se generan por concepto de canon, impuestos. Tanto el gobierno regional como el central. Este último, a través de programas como Mi Riego puede contribuir con la infraestructura hidráulica de la zona.

— ¿Mi Riego está en marcha o hay que activarlo más?
Recién se viene activando. Se requiere más celeridad, mayor presencia del Estado en la zona de influencia, comprometiendo recursos para que las comunidades vean que tener un proyecto de esa magnitud como vecino es beneficioso. La empresa no puede reemplazar al Estado.

— ¿Qué otro aspecto más?
Cuando nos reunimos con la población, las principales demandas tienen que ver con agua potable. El 90% de la gente del campo no la tiene. Eso corresponde al gobierno regional y a los distritales como la mayoría de los requerimientos de la población rural. Pero si hay una alianza verdadera entre el gobierno central y regional, o por lo menos con los locales se podrán satisfacer esas necesidades pendientes hace años.

— ¿El Ejecutivo trabaja con los municipios de la zona de influencia de Conga?
Se está iniciando. Hace poco el Ministerio de Energía y Minas (MEM) instaló una mesa de desarrollo con el alcalde de Bambamarca. Es diferente a las famosas mesas de diálogo que no funcionaron, no tienen una voluntad específica, ni recursos para satisfacer las demandas de la población. Se quiere un diálogo con resultados. Aún es incipiente. Esperemos que se imite.

— ¿Cómo funcionan las mesas de desarrollo?
El Ejecutivo combina campañas de información con una priorización de proyectos ya aprobados, facilitándoles el SNIP y otros trámites. Es un modelo nuevo. Antes el Estado se ponía de costado, era el mediador para establecer qué necesidades de la comunidad debía resolver la empresa. Eso ha sido muy peligroso y muy malo para la industria. Una sola empresa no puede resolver las necesidades de la población.

— ¿La unidad de prevención de conflictos de la PCM está presente en las mesas de desarrollo?
Sí. Falta mayor coordinación con los distintos ministerios. Muchos de los proyectos no dependen del MEM si no de Educación, Salud, Producción, etc. La PCM debería ser la articuladora.

— ¿Ante todo este panorama, Conga va o no va?
Diría que Conga está avanzando…

— Está yendo…
[Ríe]. Está yendo a un ritmo muy lento. Todavía no hay las condiciones sociales y políticas para avanzar…

— Esperan que pasen las elecciones regionales y municipales y se elijan representantes menos hostiles a…
No, no. No creo que las elecciones deban determinar el futuro de un proyecto…

— Es una realidad ¿no?
Creo más bien que debe plantearse una agenda programática en Cajamarca que debata los temas que interesan a la región. El clima electoral puede ayudar a discutir, por ejemplo, si la minería es o no una palanca de desarrollo.

— ¿Qué condiciones sociales requieren para que Conga se agilice?
Despejar el temor de la población de que el agua será afectada. Por eso construimos primero los reservorios para que la gente los vea, interactúe con las comunidades que están aguas abajo del reservorio y escuchen de las comunidades qué beneficios experimentan. Aún hay trabajo por hacer. Más de 3 mil personas han visitado Chailhuagon, quisiéramos que fueran 10 mil y que comprueben los beneficios. Hemos comenzado con la población rural, luego iremos con la urbana. Es un trabajo intenso.

— ¿Cuándo piensan construir el reservorio El Perol?
Deberíamos arrancar el segundo trimestre del 2014…

— Como antesala de las elecciones regionales…
Siempre habrá elecciones, no podemos esperar por eso para seguir avanzando. Hacia el 2015 evaluaríamos la posibilidad de construir el proyecto Conga. Tenemos más de dos años de atraso. Ya hemos invertido más de 1.500 millones de dólares en maquinaria, equipos, están parados en depósitos alrededor del mundo.

— ¿Conga irá de todas maneras?, ¿depende del precio de los minerales?
Construido El Perol evaluaremos si hay las condiciones sociales aceptables para hacer el proyecto, también si hay las condiciones económicas y ver los aspectos técnicos.

— ¿Invierten tanto para quedarse a la mitad del camino?
La empresa tiene toda la intención de sacar adelante el proyecto…

— Por qué no decir que Conga va en el 2015…
Para que un proyecto de esta magnitud prospere requerimos la autorización del directorio de Newmont. Aún no la tenemos. Hay que demostrarle que las condiciones son favorables. No sería la primera vez que se invierte y luego la compañía se retire. Mire Quellaveco, está paralizado hace 10 años. Conga tendría 30 años de duración, no se invierte en función del precio actual de los minerales. No es un proyecto de alta rentabilidad.

— ¿Cuántos puestos de trabajos se han perdido?
Seis mil. Pero cada puesto de trabajo genera cinco adicionales. Como Yanacocha es una mina madura, está declinando, hemos reducido 2.500 personas aproximadamente. Hemos invertido 60 millones de dólares en una planta piloto para ver si podemos recuperar el mineral existente, cobre, si es rentable. Se llama Yanacocha Verde. De ser así, nos quedaríamos un tiempo más en Cajamarca.

— ¿Es incierta la permanencia de Yanacocha en Cajamarca?
Por supuesto.

— Los antimineros piensan que es para asustar…
Es falso. Para asustar no despedimos ocho mil personas. Hay un debate que realizar, si la propuesta es Cajamarca sin minería, hay que decir qué la reemplaza. También cómo se reemplazan los 40 mil o 50 mil puestos de trabajos perdidos en Conga y Yanacocha.

— ¿Cajamarca pasa por una depresión económica?
Sí. Hay una crisis económica muy grave, se siente en las calles, en los negocios, cuando uno conversa con la gente.
 
— ¿Se mueve en Cajamarca sin problemas?
Sí, hablo con muchas personas, visito a las organizaciones de barrios, a la sociedad civil, a los colegios profesionales, universidades, voy al campo. Mi trabajo principal es establecer una relación más horizontal con todos ellos. Nunca he encontrado hostilidad, ni en el campo ni en la ciudad.
 
Diario El Comercio 07.10.13