La CIDH ha respondido que no tiene facultades para declarar ilegal la
aprobación del Estado peruano al proyecto Conga. Más bien se declaró a
favor de la integridad de los activistas enemigos de Conga, defensa que
está dentro del mandato genérico de la comisión. Jurídicamente hablando,
la consulta ha producido nada en dos platos.
La situación es más o menos la misma. El gobierno tiene la razón legal, pero los enemigos de Conga tienen la capacidad de crear movilizaciones paralizantes. Mientras tanto los proyectos mineros en la zona, incluido Conga, se han vuelto mucho menos atractivos, y vienen siendo gradualmente cancelados. El ambiente político es un factor; costos y precios son otros.
Un discurso político de cara a las próximas elecciones en Cajamarca es que bloquear Conga ha precipitado la pobreza. El argumento es efectista, pues la pobreza está allí. Pero la historia como la cuenta el INEI es matizada: Cajamarca sigue siendo el mayor porcentaje de pobreza en el país (52.9%), pero en 2012-2013 se redujo, un modesto 1.3%
Es improbable que el impase Conga por sí mismo haya hecho más pobre a Cajamarca. La cuestión más bien está en por qué los dos protagonistas, Yanacocha y el presidente regional Gregorio Santos, no lograron en años modificar los datos socioeconómicos de la región y producir cifras atractivas. Cajamarca era paupérrima antes del oro y del ecoradicalismo, y lo ha seguido siendo después.
Las cifras son penosas. En el 2006 era el departamento más pobre. En 2007-2009 el gasto real per cápita cayó, a pesar de la bonanza. En ese último año el Minam registró una pobreza de 60%+. De modo que el 52.9% del 2012-2013 es, digamos, una buena noticia. En realidad nadie tuvo mucha reducción adicional de pobreza en estos últimos tiempos.
A pesar del argumento Santos = más pobreza, este sigue fuerte en las encuestas de intención de voto para octubre. Uno podría pensar que el argumento disimula la cuestión de fondo: Santos ha sido un pésimo presidente regional en términos de administración de recursos. El manejo de Conga fue la gota que rebasó el vaso, al enfrentarlo al gobierno central.
Quizás lo que mantiene a Santos a flote sobre las inutilizables lagunas de Conga es un cierto sentimiento de patriotismo local, el prestigio de haberle ganado al gobierno de Lima en un pulseo político. Sin duda el gran bache económico incomoda en la capital, pero en el 85% restante del electorado la pobreza es un antiguo default de la vida diaria.
¿Va a ganar las elecciones? Tal vez sí. Lo cual no es una buena noticia. No por Conga, sino porque Cajamarca desesperadamente necesita otro tipo de político, capaz de introducir negociaciones activas allí donde ahora solo hay paralizantes disputas.
La situación es más o menos la misma. El gobierno tiene la razón legal, pero los enemigos de Conga tienen la capacidad de crear movilizaciones paralizantes. Mientras tanto los proyectos mineros en la zona, incluido Conga, se han vuelto mucho menos atractivos, y vienen siendo gradualmente cancelados. El ambiente político es un factor; costos y precios son otros.
Un discurso político de cara a las próximas elecciones en Cajamarca es que bloquear Conga ha precipitado la pobreza. El argumento es efectista, pues la pobreza está allí. Pero la historia como la cuenta el INEI es matizada: Cajamarca sigue siendo el mayor porcentaje de pobreza en el país (52.9%), pero en 2012-2013 se redujo, un modesto 1.3%
Es improbable que el impase Conga por sí mismo haya hecho más pobre a Cajamarca. La cuestión más bien está en por qué los dos protagonistas, Yanacocha y el presidente regional Gregorio Santos, no lograron en años modificar los datos socioeconómicos de la región y producir cifras atractivas. Cajamarca era paupérrima antes del oro y del ecoradicalismo, y lo ha seguido siendo después.
Las cifras son penosas. En el 2006 era el departamento más pobre. En 2007-2009 el gasto real per cápita cayó, a pesar de la bonanza. En ese último año el Minam registró una pobreza de 60%+. De modo que el 52.9% del 2012-2013 es, digamos, una buena noticia. En realidad nadie tuvo mucha reducción adicional de pobreza en estos últimos tiempos.
A pesar del argumento Santos = más pobreza, este sigue fuerte en las encuestas de intención de voto para octubre. Uno podría pensar que el argumento disimula la cuestión de fondo: Santos ha sido un pésimo presidente regional en términos de administración de recursos. El manejo de Conga fue la gota que rebasó el vaso, al enfrentarlo al gobierno central.
Quizás lo que mantiene a Santos a flote sobre las inutilizables lagunas de Conga es un cierto sentimiento de patriotismo local, el prestigio de haberle ganado al gobierno de Lima en un pulseo político. Sin duda el gran bache económico incomoda en la capital, pero en el 85% restante del electorado la pobreza es un antiguo default de la vida diaria.
¿Va a ganar las elecciones? Tal vez sí. Lo cual no es una buena noticia. No por Conga, sino porque Cajamarca desesperadamente necesita otro tipo de político, capaz de introducir negociaciones activas allí donde ahora solo hay paralizantes disputas.
Diario La República 10.05.14