SUSPENDEN PROTESTAS CONTRA MINERÍA EN PUNO Y GARANTIZAN ELECCIONES DEL DOMINGO
Los pueblos originarios aymara y quechua de la región Puno, al sur de Perú, decidieron detener temporalmente sus protestas contra la actividad minera para garantizar las elecciones presidenciales del domingo 5 de junio.
La protesta que conmovió al país se originó por el incremento de licencias de operación a corporaciones mineras sin consulta ni consentimiento de la población afectada por los impactos y la falta de reinversión social en la región de las utilidades mineras.
El dirigente quechua Pablo Salas Charcas, secretario de la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería (Conacami), denunció la infiltración de sujetos extraños a las comunidades quienes promovieron acciones vandálicas para desprestigiar la protesta comunal.
En diálogo con el portal de Conacami Salas indicó que tales agentes nocivos fueron al parecer contratados por contrabandistas quienes vieron afectada su economía al cerrarse el pase de frontera con Bolivia.
No descarta tampoco que los actos de violencia hayan sido provocados por elementos que apoyan a la minería, ligados al gobierno de Alan García y, posiblemente, hasta por partidarios de Keiko Fujimori, que quieren desprestigiar a la población puneña que respalda mayoritariamente a Ollanta Humala.
Los pueblos quechua y aymara de Puno no se oponen a la minería completamente, sino que desean ser consultados e incluidos en el proceso de otorgamiento de concesiones a fin de definir en qué zonas conviene extraer minerales para evitar contaminar las cuencas de los ríos que derivan en el lago Titicaca.
El Titicaca, ubicado a 3810 metros sobre el nivel del mar es el lago de agua dulce más grande de América del sur y además un símbolo sagrado de la cosmovisión andina.
El departamento de Puno ubicado al sur del Perú, en la frontera con Bolivia, posee yacimientos de uranio de gran valor económico y de interés para la generación de energía nuclear. Países como Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido poseen especial interés en su extracción.
Salas Charca desmintió la imagen que se ha difundido acerca de los originarios de Puno, que los presenta como “indios revoltosos” azuzados por “intereses políticos”
Los pueblos originarios de Puno quieren participar del proceso a fin de asegurar que la minería no impacte el medio ambiente, contamine las aguas y el aire, que ellos vienen cuidando por siglos.
Tampoco desean que de ninguna manera se vea afectada la agricultura, que es la actividad económica principal que les proporciona el alimento y el sustento para sus hijos.
El gobierno centralista promueve la inversión extranjera sin consultar a los pueblos y comunidades originarios y ocasionando conflictos sociales pero no se cuida de asegurar ningún beneficio económico ni empleos dignos a la población local que se autosostiene hace siglos gracias a la agricultura.
Finalmente, Pablo Salas afirmó que las protestas continuarán hasta que los pueblos originarios sean escuchados y atendidos en sus propuestas.
Servindi-Lima 02.06.2011