José De Echave
Pese a que poco a poco en el Perú se va tomando conciencia de los graves problemas ambientales y del gran desafió que tenemos de preservación y de gestión ambiental, diversos reportes no dejan de ser preocupantes.
Por ejemplo, según el mapa mundial de estrés hídrico el Perú es uno de los países que van a tener problemas de utilización de agua. Una de las razones centrales es que el 60% de los peruanos se encuentran en la costa, donde precisamente no hay agua. A la costa llega solo el 1.8% del agua de todo el Perú.
Podemos resumir que entre las amenazas que se presentan en el Perú sobre este importante recurso destacan dos: que cada vez el agua se convierte en un recurso escaso y en segundo lugar la contaminación. En relación al agotamiento debemos destacar que en los últimos años las precipitaciones de las lluvias han sido de las más bajas en décadas. Esta situación se ha venido salvando en la medida que los deshielos de los glaciares han permitido que los ríos que bajan hacia la costa retomen su caudal y las lagunas que permiten el almacenamiento parcial recuperen sus niveles. Lo alarmante es que el deshielo de glaciares, que se produce por el calentamiento global, provoca que se estén consumiendo las reservas de agua. Y claro, las reservas de los glaciares no se pueden reponer: los glaciares tropicales, como los peruanos, están destinados a desaparecer y cada vez es mayor la diferencia entre lo que se congela y lo que se deshiela.
Pero el otro problema grave que enfrenta el recurso agua es la contaminación. Diferentes actividades industriales impactan tanto sobre aguas continentales como marinas. En la costa, monitoreos realizados indican que 16 de los 53 ríos que cruzan la región se encuentran contaminados con diversos tipos de efluentes: mineros, otras industrias, como también domésticos, que terminan siendo arrastrados tanto hacia la costa como hacia la selva (<
Las acciones de gestión ambiental en el país siguen siendo insuficientes y no resuelven problemas pendientes ni tampoco encaran los nuevos. Por ejemplo, un bien cada vez más escaso como el agua sigue siendo manejado en el Perú bajo un régimen carente de control y que provoca su uso indiscriminado.
Lo cierto es que hasta el momento, pese a que el recurso agua es de uso multisectorial, en el Perú, predomina una gestión sectorial fragmentada y desordenada que ha agudizado los impactos contaminantes y el sobre uso, afectando el carácter sostenible del recurso. Si no se logra instaurar un uso racional y eficiente, que incorpore criterios de planificación y regulación, el Perú enfrentará, de manera cada vez más recurrente, serios problemas de abastecimiento.
La tarea pendiente consiste en seguir desarrollando niveles de protección de un recurso como el agua y crear políticas públicas eficientes de gestión ambiental para buscar la armonía entre crecimiento económico y el desarrollo sostenible. Todo indica que en la agenda de desarrollo del país, la política ambiental, para enfrentar temas como el del agua, deberá ocupar cada vez más un lugar preponderante.
Diario El Clarín – Cajamarca 03/12/2007