Las intrigas de César Cáceres
GUERRA SUCIA • Promotor de C&G revela en documento enviado a La República los objetivos de la "Operación El Diablo" • Pretendían acusar a sacerdotes de tener hijos y contactos con terroristas y ser pedófilos y mujeriegos • ¿A quién benefician esas acusaciones?
Por: César Romero.
El promotor de C&G Investigaciones, César Cáceres, dice que vigilaba al padre Marco Arana Zegarra y al personal de la ONG Grufides y sus familias por encargo de un medio periodístico de Lima, que no identifica. Sin embargo, las fotos que Cáceres remitió el sábado a Edmundo Cruz de la Unidad de Investigación de La República pretendiendo justificar su trabajo, más bien prueban que la "operación El Diablo" tenía el propósito de destruir la imagen del padre Arana y sus compañeros, los sacerdotes Francisco Centurión Obando y Segundo Alarcón Coveñas.
Decimos esto porque las fotos que César Cáceres envió a La República no muestran ningún acto inmoral, ilícito o reprobable que pudieran haber cometido el padre Arana y sus compañeros. Son, más bien, una serie de fotografías de los desplazamientos diarios de los mencionados sacerdotes, sus familiares y el personal de la ONG Grufides, institución conocida por cuestionar las actividades de la minera Yanacocha.
La intriga
A esas fotos, Cáceres les agrega una serie de suposiciones o comentarios intrigantes, que no salen de otro lugar más que de su imaginación. Comentarios que, por el contrario, demostrarían el malévolo objetivo de la operación El Diablo.
Lo que Cáceres pretendía, y lo dice en el documento que envió a esta redacción, es acusar al padre Arana de tener un hijo, enriquecerse y vincularse con venezolanos. En tanto que a los sacerdotes Centurión y Alarcón se pretendía acusarlos de pedófilos y mujeriegos.
La República ha logrado aclarar el contenido real de las fotos. En una aparece una persona caminando de espaldas, a la que se atribuye ser venezolano, cuando en realidad es un ingeniero español, oriundo de Islas Canarias, un voluntario de Ingenieros Sin Fronteras.
El hijo
En otras fotos se ve al padre Arana ingresando con su propia llave a la casa de su madre, en el jirón Cinco Esquinas Nº 944, cargando a su sobrino, hijo de su hermano César Arana y la española Julia Oretto Ortega Niquel, y visitándolos en el jiron Pumacahua 239. Pues, bien, según Cáceres, esas fotos demostrarían que el niño es en realidad hijo del padre Arana.
¿Cómo quería demostrarlo?
Pues diciendo que el niño tiene rasgos físicos comunes con el sacerdote (es decir, su tío), que el padre Arana demuestra mucho cariño por el niño, que la madre de este lo va a despedir al aeropuerto, o que él visita a ambos cuando su hermano no está en casa. En realidad, nada que no pueda darse entre cualquier tío y su sobrino. Además, hay confusión en las fotos. Cáceres dice que el padre Arana ingresa a la casa de su hermano César, utilizando su propia llave, cuando éste no está en casa.
Sin embargo, a donde se ve ingresar al padre Arana con llave es a la casa de su madre, en Cinco Esquinas, mientras que su hermano y su esposa viven en jirón Pumacahua, como se aprecia en otra de las secuencias fotográficas y la leyenda que la acompaña, del mismo documento de Cáceres.
La familia
En otra imagen se ve al padre Alarcón acompañado por una mujer y una niña. Pues bien, eso sirve a Cáceres para decir en la leyenda que la señora pernocta en la parroquia y que todos se bañan juntos. La mujer que aparece en la foto es la hermana del cura, Mary Alarcón Coveñas, quien tiene tres niños, a los que en muchas oportunidades deja al cuidado de su hermano. En las fotos no se ve que el padre, su hermana y los niños se bañen juntos, pero sin mayores elementos Cáceres escribe que supuestamente lo hacen, pretendiendo insinuar una relación pedófila. En otras secuencias fotográficas el padre Centurión aparece junto a algunas jóvenes en la calle. Eso, según insinúa Cáceres, demostraría que él es mujeriego, cuando el padre Centurión ha sido reconocido en diversas oportunidades por la municipalidad de Cajamarca como una persona carismática.
Así, solo resta preguntar: ¿a quién beneficia la destrucción moral del padre Arana?
La clave
LA CAMIONETA. El promotor de C&G también pretende insinuar un enriquecimiento del padre Arana atribuyéndole una propiedad donde su hermano construye su casa, o la compra de una camioneta Nissan 4x4 adquirida por Grufides. La camioneta se compró con la venta de otros dos vehículos y el aporte de diversos cooperantes internacionales, recuerda Mirtha Vásquez.
El reglaje. Las fotos y la información obtenida en el seguimiento al padre Arana y sus aliados en la protección de la ecología de Cajamarca debían servir para probar una serie de mentiras en torno a él. Haga click en la imagen para ampliar.
Sacerdotes. El reglaje también pretendía destruir la imagen de los padres Francisco Centurión y Segundo Alarcón. Haga click en la imagen para ampliar.
Pruebas. Documento que César Cáceres remitió a La República contando una historia sin pruebas. Haga click en la imagen para ampliar.
Diario La República-Lima 07/12/2006