No todo lo que brilla...
EL IRREPARABLE DAÑO CAUSADO POR LA MINERÍA • La minería aurífera podría convertir a Cajamarca en una versión moderna de La Oroya, con ríos, tierras y aire cargados de metales tóxicos.
Por Roberto Ochoa B.
Fotos: Percy Ramírez y Yanina Patricio.
"Dios ha bendecido Cajamarca con los recursos minerales, pero también nos ha maldecido cuando puso el oro justo donde está el agua", dijo el campesino Samuel Sánchez, presidente del Comité de Defensa de Combayo, en la ceremonia de recepción al primer ministro Jorge del Castillo, el pasado domingo 3 de setiembre.
No le falta razón. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la minería es altamente perjudicial cuando está ubicada en las cabeceras de las cuencas, como en el caso de Yanacocha.
Samuel Sánchez sabe que los Andes son una cordillera ubicada en el trópico, situación que permite la existencia de vida animal y vegetal hasta los cinco mil metros de altura sobre el nivel del mar, justo donde se ubican los ricos yacimientos minerales.
Y es precisamente esta bendición de la naturaleza la que permitió el auge de la civilización andina, previo desarrollo de la ganadería y de la agricultura en alturas imposibles para la vida en otras latitudes (América del Norte, Europa, etc.) donde cualquier signo de vida desaparece más allá de los 1.500 metros de altura. Pero así como el oro del rescate maravilló a los conquistadores españoles en 1532 (los teólogos de la época decían que Dios puso el oro en el Perú para atraer a los europeos y ofrecer la oportunidad de salvación divina para los indígenas), así también el enorme yacimiento descubierto en las alturas de Cajamarca, más precisamente en los alrededores de Yanacocha ("laguna negra", en quechua), maravilló a los inversionistas mineros a fines del siglo XX.
Para don Samuel y otros campesinos y ganaderos cajamarquinos esto fue una maldición.
Hasta 1992, cuando se inició la explotación minera en Yanacocha, Cajamarca era conocido como un departamento ganadero y agrícola que gozaba de cierta prosperidad pese a su ancestral aislamiento. Tanto así que Sendero Luminoso no ganó adeptos en la zona, y sus escasos partidarios nada pudieron hacer ante el estricto control que ejercían los célebres ronderos cajamarquinos.
Agua bendita
La agricultura y la ganadería cajamarquina se desarrollaron gracias a sus enormes colchones de agua ubicados precisamente en las cumbres altoandinas del departamento. En lugares como cerro La Quinua o cerro Quilish.
Pero si hasta mediados del siglo pasado la técnica de extracción de mineral consistía en galerías subterráneas que corrían siguiendo la veta de mineral, hoy en día las nuevas tecnologías permiten extraer hasta el último grano de mineral a través de inmensos tajos que se van abriendo como enormes cicatrices luego de remover miles de toneladas de tierra. Y es aquí donde empieza el problema para campesinos como Samuel Sánchez.
Para abrir el tajo primero se remueve esa bendita capa de vegetación que funciona como una esponja de captación de las lluvias que luego se transforman en ríos, puquios y en corrientes de aguas subterráneas. La remoción de esta capa vegetal es necesaria para llegar hasta las tierras mineralizadas, pero su desaparición seca las lagunas (los limeños pueden ver los estragos en los alrededores de Ticlio), reduce el caudal de los ríos y desaparece los puquios. La cicatriz que deja el tajo abierto aumenta con poderosas explosiones de anfo (nitrato de amonio), que también usa ingentes cantidades de kerosene. Todos los días se producen explosiones que levantan inmensas nubes de polvo que cubren los ríos, pastizales y los campos de cultivo vecino. Por si fuera poco, este polvo está cargado de arsénico y otras partículas venenosas que luego son esparcidas por las lluvias. Cada día también son removidas 600 mil toneladas de tierra (de cada tonelada solo se extrae medio gramo de oro) que son trasladadas a unas "camas" acondicionadas con material impermeable –conocidas como canchas de lixiviación– formando pequeñas montañas de casi 150 metros de altura que son bañadas con una solución de cianuro de sodio para poder extraer el oro y la plata.
Esta solución altamente tóxica se traslada a unas pozas cubiertas con 3 capas impermeables que tienen sensores para alertar cualquier tipo de fuga. El agua tratada es vertida a la quebrada Honda y discurre hasta los ríos que se integran a la cuenca del Atlántico. Según Nilton Deza, autor de 'Oro, Cianuro y otras crónicas ambientales',
el 50 por ciento del cianuro es reciclado, el 25% se evapora y el 25% restante permanece peligrosamente en el fondo de las canchas de lixiviación.
Si bien Minera Yanacocha asegura que el cianuro no sale de la mina, para José Luis Quequejana, ex funcionario de Digesa, el cianura de las canchas de lixiviación representa un grave peligro para la población, porque se puede filtrar al subsuelo o esparcirse al medio ambiente por los desechos sólidos almacenados que están expuestos al viento y a las lluvias.
Aguas venenosas
En el 2002 Steve Boldgett, experto en recuperación de tierras de la Montana State University, visitó Cajamarca y descubrió que "habían descargas de ácidos provenientes de la mina fluyendo descontroladamente hacia la cuenca de Cushuru que está debajo de las canchas de lixiviación con cianuro en La Quinua, propiedad de Minera Yanacocha".
Boldgett también observó ácidos provenientes de la mina en los drenajes del río Grande y del río Porcón, que riega una de las zonas turísticas más importantes de Cajamarca. Pero la contaminación no se limita a las aguas de regadío. Desde 1996 la Empresa de Servicios de Saneamiento de Cajamarca (Sedacaj) intensificó los controles luego de detectar contaminación en el agua que ingresa a la planta de tratamiento El Milagro, proveedora de agua potable para la capital cajamarquina. Esto fue confirmado en 1999 por los estudios de calidad de agua realizados por la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), verificando la presencia de minerales pesados altamente tóxicos y contaminantes, que se originan en el proceso de producción de Yanacocha. En ambos casos se comprobó la existencia de cromo de equivalencia 6+, un metal cancerígeno derivado del proceso industrial de la mina Yanacocha. Y que aparece en valores escalofriantes: 375 partes por millón (ppm) cuando el estándar internacional permitido es de 0.05ppm, es decir, siete mil veces sobre lo permitido para la salud pública.
La pruebas sobran y los temores persisten entre los campesinos cajamarquinos como Samuel Sánchez, convencidos de la necesidad de proteger el agua bendita de su tierra contra esa maldición provocada por la explotación de oro y otros minerales.
Un canal que antes conducía agua de regadío a zonas de cultivos, hoy convertido en vertedero de desechos. Una amenaza para un millón y medio de cajamarquinos.
Cerro Quilish, otra de las zonas donde la minera Yanacocha pretende operar a pesar de la oposición de los campesinos
La cicatriz. A diario se remueven 600 mil toneladas en el
tajo abierto de la mina.
Envenenado. Alta contaminación del pasto provoca la muerte del ganado.
Los trastornos de la minería
- 1993 Inicia sus operaciones en Cajamarca la empresa minera Yanacocha S.R.L.
- 2001 La Comisión de Monitoreo de la Calidad y Cantidad de Agua-Sur supervisó de enero del 2001 a diciembre del 2002 y en forma mensual todos los canales de regadío de la zona. Reportó presencia de metales totales, sulfuros, fenoles y nitratos en las aguas de regadío.
- 2002 Un estudio de Stratus Consulting Inc. concluyó que la mina había alterado la cantidad y calidad de agua en determinados lugares y épocas. La investigación cubrió las distintas fuentes de agua ubicadas dentro y fuera del área de influencia de la mina Yanacocha.
- 2005 Luego de la resistencia de los propios cajamarquinos, que provocó una sentencia del Tribunal Constitucional, Minera Yanacocha desiste de explotar el inmenso yacimiento aurífero de cerro Quilish, considerado también el colchón de agua de la región.
- 2006 El 2 de agosto la comunidad de Combayo se levantó contra Minera Yanacocha por la afectación de las aguas del proyecto Carachugo II. En los enfrentamientos falleció el comunero Isidro Llanos Chavarría. Se descubre un arsenal en las instalaciones de la empresa de Seguridad Forza. El 3 de setiembre el primer ministro Jorge del Castillo llegó a Cajamarca para mediar en el conflicto. La empresa de espionaje C&G Investigaciones inicia 'Operativo Diablo'.
Dossier diario La República-Lima