Lo que se ganó y se perdió. La ciudad se triplicó en extensión y población. El parque automotor igual, al punto de ocasionar caos vehicular.
Ocho universidades particulares llegaron junto con Saga y Metro... Pero, el 40% de valle ha desaparecido, hay racionamiento de agua, crece la prostitución, y campea la delincuencia. El cambio empezó en 1993 con la desaparición de la laguna Yanacocha.
Elízabeth Prado.
Año 1992:
Don Víctor Campos Ríos, panadero y fotógrafo octogenario de la céntrica calle Comercio, aún extraña su natal Cajamarca, la que colindaba con la campiña a dos cuadras de la Plaza de Armas. Aún hoy le es difícil aceptar que este lindero se encuentre ahora a dos kilómetros de la Plaza Mayor."El río San Lucas separaba a Cajamarca del valle. Hoy atraviesa el centro de la ciudad. Hemos perdido el 40 por ciento de nuestras campiñas", se lamenta mientras observa las fotografías tomadas a fines de la década de los ochenta.
Por esos años, recuerda melancólico don Víctor, sólo existía la panadería "La Estrella de Basilio Campos", su padre, montada ochenta años atrás. Ahora hay veinte negocios similares.
Hasta el año 1995 la antigua ciudad de Cajamarca apenas contaba con tres automóviles para el servicio de taxi, y los carros particulares no pasaban de quince.
En la actualidad, la ciudad cuenta con ocho mil taxis, igual cantidad de mototaxis, y aproximadamente cuarenta mil autos particulares.
El panadero que se inició en la fotografía el año 1950 no oculta su entusiasmo por la masiva venta de teléfonos celulares, líneas de internet, no le molesta el arribo de tiendas como Saga, Ripley, y Metro. Esta es la parte positiva de la presencia de la actividad minera, piensa.
Su asentimiento por estos aprestos de modernidad no le impiden señalar los problemas que ha generado el abrupto y desordenado crecimiento de la capital nacional del carnaval.
"La mina ha generado miles de puestos de trabajo. Sin minería no se habría podido construir todo lo que hoy existe en Cajamarca. Pero ella también ha traído delincuencia, prostitución, tráfico intenso. Y si este desarrollo caótico continúa mi tierra se convertirá en una ciudad de otras costumbres", anota con preocupación.
El tema sensible de la contaminación minera no le es ajeno. "Seguramente hay contaminación, porque si no adónde va tanto insumo químico como el que utiliza la minera Yanacocha", refiere.
En cuanto al racionamiento de agua imperante hoy en Cajamarca, don Víctor cree que las autoridades no previeron el crecimiento poblacional ni planificaron cómo atenderlo. Se contentaron con la planta de tratamiento de agua construida hace treinta años. En este punto difiere con el Frente de Defensa Ambiental, para el que tal escasez se debe a la actividad minera que ha secado varios afluentes hídricos del río Grande, el principal abastecedor de agua para consumo humano en la ciudad.
TIPO DE DESARROLLO
"Aquí estaba la laguna Yanacocha, yo mismo la he conocido, estaba en el lado derecho de la vía Cajamarca-Bambamarca, y era muy grande, casi como la laguna El Perol. Ya no hay ni rastro de ella", dice Edgar Guevara Becerra, docente morador de Huambocancha Baja.
Su dedo índice apunta a una gigantesca pirámide de tierra rojiza ordenada en andenes cuyo perfil domina el paisaje. Es el lugar donde Yanacocha produjo su primera barra de oro y adonde arribó el ex presidente Alberto Fujimori para exhibirlo como el gran logro de su gobierno, en agosto de 1993.
Tres años después Yanacocha se consolidaba como la primera productora de oro en Sudamérica. Y Cajamarca empezó a experimentar cambios radicales: el comercio creció, las camionetas 4 x 4 inundaron sus calles y el número de hoteles se multiplicó... aunque también la vida se encareció.
En esta década, las grandes tiendas comerciales de Lima no tardaron en instalar sus filiales en el centro comercial El Quinde de Cajamarca. La cadena de tiendas de neumáticos de Alfredo Pimentel acaba de hacerse presente con un gran cartel que dice: Ya llegamos.
En cuanto a la productividad de la empresa Yanacocha, ésta ha sido muy exitosa. El año en que inició sus operaciones, 1993, produjo 81,497 onzas de oro. Diecisiete años después, en el 2010, esta empresa obtuvo 1'471,620 onzas del metal precioso, según se consigna en su Memoria de Sostenibilidad.
Pero el distrito La Encañada, donde está afincada, sigue siendo uno de los más pobres de la región.
PROSTITUCIÓN Y ROBOS
En una esquina de la calle Apurímac encontramos a Luis Quevedo Montoya, policía municipal del Concejo Provincial de Cajamarca. Él brega por evitar el comercio ambulatorio en el centro de la ciudad y en cierto modo cumple, pero lamenta no poder intervenir en la erradicación de la prostitución que se ha instalado en las calles Apurímac y El Batán.
"Esta actividad se realiza a cualquier hora del día y sus clientes son en su mayoría obreros de la mina. La policía municipal no puede hacer nada. De esto se encarga Seguridad Ciudadana y el Ministerio Público", precisa el servidor municipal.
"Los varones ya no pueden caminar tranquilos porque hasta en la Plaza de Armas son abordados por las meretrices ofreciéndoles sus servicios".
Quevedo Montoya explica que esta es una variable de prostitución clandestina callejera cuya tarifa varía entre 20 y 30 soles, pero también existe otra de un nivel más alto que suele anunciarse en los periódicos cajamarquinos como supuesto servicio de masajes.
Del crecimiento de la delincuencia puede dar fe la reportera gráfica de La República Sharon Castellanos, quien experimentó en carne propia los riesgos de transitar fuera del centro de la ciudad. A ella le sustrajeron su celular sin que lo notara.
"A diario atendemos aquí personas apuñaladas que no pueden comprar sus medicinas ni pagar su alta en el hospital", afirma Christa Stark, una alemana que llegó a Cajamarca hace 35 años y es la promotora de la Asociación Santa Dorotea, que apoya a personas con discapacidad.
"ES MANEJABLE"
"El crecimiento de una ciudad trae consigo cosas buenas y otras no tan buenas que hay que manejar", opinó el gerente de Responsabilidad Ambiental y Social de la minera Yanacocha, Luis campos Aboado.
Lo positivo es el crecimiento económico, el acceso a cosas que antes no había, las oportunidades de trabajo, recalcó el funcionario minero.
"Los aspectos negativos que acompañan al crecimiento urbano, hay que afrontarlos unidos", sostiene, y agrega que en este aspecto Yanacocha es un aliado de las autoridades locales. Puso como ejemplo la instalación de cámaras de vigilancia en la ciudad, con el dinero del Fondo de Solidaridad.
Pese a ello, Campos lamentó que las relaciones con el gobierno regional se hayan roto con el conflicto por Conga.
Y sobre la escasez de agua, el gerente de Responsabilidad Ambiental de Yanacocha dice que es un tema superable.
"El río Grande tiene suficiente caudal de agua. Ocurre que el Servicio de Agua de Cajamarca (Sedacaj) tiene limitaciones para captar todo ese caudal, solo acumula alrededor de 150 mil litros. Además, hay que considerar que la población ha crecido en los últimos años", arguye Campos.
EN CIFRAS
90,000 En 1993 la ciudad de Cajamarca tenía 90 mil pobladores. Al concluir el año 2011 bordea los 250 mil.
59%
De la región Cajamarca no tiene luz eléctrica, 26% está sin agua y hay 38% de desnutrición, según datos de Foncodes y el censo del 2007.