4 de abril de 2012

ANEXO DE CHIPTA ACUMULA NUEVAS DENUNCIAS CONTRA ANTAMINA


Explosiones en Antamina vista desde la zona Pallares, en el anexo de Chipta, Áncash. La minera opera a 150 metros de las viviendas.

Nuevas denuncias de los pobladores del anexo de Chipta (distrito de San Marcos, en Áncash) siguen sin obtener respuestas de las autoridades del Estado mientras las explosiones y voladuras para la expansión de las actividades mineras de Antamina continúan perjudicándolos.
Algo más de cien metros es la distancia que separa Chipta del área de operaciones de Antamina, que ha convertido a la empresa en el más grave peligro para las decenas de familias originarias herederas desde hace más 300 años.

El 2 de abril se produjo una nueva voladura alrededor de las 9 de la mañana sin que la minera haya comunicado a la población para que esté prevenida. La detonación se produjo al costado de la denominada Fase 7.

La nube de polvo amarilla y blanquecina afecta los pastos, la producción de alimentos, animales y población de Chipta.

En diciembre, otra explosión de la minera -a las 4 de la mañana- produjo desprendimientos de roca que mató una oveja, hecho que fue denunciado ante las autoridades y que se encuentra en investigación en la Segunda Fiscalía Provincial Mixta de Huari.

Un video proporcionado por los pobladores registra el momento en que se produce una de las explosiones sin que se haya previsto la seguridad de las personas que transitan por los caminos en los bordes de los cerros.

En la filmación se recogen testimonios de los habitantes que cuestionan la contaminación del ambiente que también repercute en la producción de alimentos y escasez de pastos. “Vivimos en una constante nube de polvo”, denunciaron.

Refirieron que en marzo de 2009 una pobladora falleció a consecuencia de las vibraciones que generan las explosiones.

En enero de este año, policías de la Dinoes efectuaron disparos con armas y bombas lacrimógenas mientras ingresaban al territorio de Chipta por la zona denominada Pallares. Solo se retiraron cuando notaron que había una abogada en el grupo de indígenas.

“Cuando denunciamos en la comisaría de la zona nos piden pruebas, no nos hacen caso”, denunció uno de los pobladores. “Parece que recibieran apoyo de la minera, porque no trabajan para la población”, agregó.

Por ese motivo, los pobladores acordaron hacer la denuncia en otra comisaría, en Yanacancha.

Ayer 3 de abril se realizó una inspección fiscal por el suceso de diciembre, que no pudo concluir porque no les permitieron ingresar a las instalaciones de la minera, lugar de donde provienen las explosiones y voladuras.

“La mina programa las voladuras en el día y hora que les da la gana, sin comunicar a los pobladores de Chipta”, manifestó otro de los vecinos.

Chozas de los pobladores de Chipta. La minera los hostiga para que se vayan de sus tierras, afirman.


Según afirmaron, un empleado de la minera les afirmó que cuentan con autorización del ministerio de Energía y Minas para efectuar las voladuras.

Piden apoyo

Los pobladores del anexo de Chipta exigieron la presencia de autoridades, en especial de la Defensoría del Pueblo, de la Autoridad Nacional del Agua, del ministerio del Ambiente, de los congresistas, ante el peligro que enfrentan.

La única fuente de agua de la que se alimenta el anexo de Chipta. Hoy Antamina ha iniciado trabajos en esta zona.



“En el único puquial de donde tomamos agua, ahora la minera está haciendo trabajos ahí. Si se corta esa fuente, no tendremos cómo vivir”. Recordaron que hace un tiempo en ese lugar brotaba un manantial.

Para ellos, el propósito de la mina es cerrar la fuente para que la población no continúe en el lugar.

Señalaron que han recurrido a los congresistas Modesto Julca Jara y Verónika Mendoza y que esperan que sus reclamos puedan ser canalizados.

Servindi-Lima 04.04.2012