DONDE HAY MÁS MINERÍA TAMBIÉN HAY
MÁS POBREZA Y DESNUTRICIÓN INFANTIL
- Departamentos con más inversión
minera como Cajamarca, Huancavelica y Apurímac, son los más pobres y con mayor
desnutrición infantil.
El economista Juan Diego Calisto
de la asociación CooperAcción con cifras en mano desnudó el mito de que mayor
inversión minera es igual a desarrollo.
Sin embargo, el economista señala
que hay más de un indicio de que la minería no ha resultado beneficiosa para
impulsar el desarrollo en los departamentos con mayor presencia de esta
actividad como Cajamarca, Ancash, Junín.
“Algunos ven la promoción de la
minería responsable como un «atajo» para obtener recursos a fin de alcanzar las
inversiones necesarias para invertir en educación e infraestructura, y por lo
tanto «romper el círculo vicioso» de la pobreza”, dice Calisto.
Según el documento «Desnutrición
crónica infantil cero en 2016» las regiones mineras encabezan ranking de
desnutrición crónica infantil en el Perú, siendo las regiones con tasas de
mayor nivel de desnutrición crónica infantil: Huancavelica (46,4%), Cajamarca
(29,9%), Huánuco (28,8%), Apurímac (31,3 %) y Ayacucho (28,1 %).
La inversión minera sigue
creciendo
El ministerio de Energía y Minas,
a través de su Boletín Estadístico de Minería, informó que la inversión minera
sumó un total de US$ 4,329 millones entre enero y julio del 2012.
Dicha inversión se viene
incrementando en los últimos años. Contrariamente a lo que algunos anuncian
como la disminución de la inversión por los conflictos sociales, como el de
Conga, el panorama se aclara: la inversión minera continúa creciendo.
En el 2010, la minería aportó el
5,25 del PBI nacional, a diciembre del 2011 representa 24% de la inversión
extranjero y el 60% de las exportaciones, en el 2011 su participación respecto
al total de tributos es de 17,5%, y si nos focalizamos en el Impuesto a la Renta, fue de 33,3%.
El total de trabajadores ocupados
en minería, tanto de los titulares mineros, como contratistas, representa
aproximadamente el 1% de la Población Económicamente Activa (PEA) nacional.
La condena de la minería
Huancavelica tiene casi el 50% de
su territorio concesionado a la minería (40.34%) y es uno de los departamentos
con la tasa de pobreza más alta con el 77.2% y donde la cobertura al seguro de
salud, según el INEI, no alcanza ni a la mitad de la población (47.6%).
Le sigue Cajamarca con el 44.37%
de su territorio concesionado y donde aún el 17,1% de su población es
analfabeta y sólo el 36,7% de las viviendas está conectado a una red pública de
agua dentro de la vivienda.
El 36.1% de Ancash está
concesionado, tiene una tasa de analfabetismo del 17,9%. En Apurímac, que tiene
el 54.44% de su territorio concesionado, el 70.3% de la población es pobre.
Ayacucho tiene el 16,8% de su
población sin ningún nivel educativo y la tasa de analfabetismo es de 17,9%, el
porcentaje del territorio concesionado alcanza el 26.2%
Ineficiencia pública local,
central y nacional
“El argumento más usado para
justificar esta realidad es la ineficiencia de los gobiernos locales. Sin
embargo, hasta el 31 de octubre de este año, el gobierno nacional ejecutó sólo
el 66.9%, los gobiernos locales, el 56.1% y los gobiernos regionales, el 66.7%”
señaló Calisto.
Al 26 de octubre de este año el
Ministerio de la Producción
ha ejecutado el 52.97% de su presupuesto, el Ministerio de Comercio Exterior y
Turismo el 63.71%. El Ministerio del Interior espera para fin de año ejecutar
tan solo el 55% del presupuesto de inversión. Vemos entonces que la
ineficiencia es un problema nacional, y que empieza por el gobierno central”,
concluye el economista.
La economía mundial y no los
conflictos provocan caída de la inversión
Otro tema abordado por Juan Diego
Calisto es la fácil acusación que se hace a los conflictos socioambientales de
provocar el alejamiento de la inversión privada. Con este manido argumento se
pretenden desvirtuar las verdaderas causas, entre éstas la caída en el precio
de los minerales.
“Si bien los conflictos sociales
pueden influir, no son la principal razón. Es necesario considerar las diversas
causas, y no reducirlas a una sola”, indicó.
Para el 2013 se prevé que la
minería invertirá USD$ 2000 millones menos de lo proyectado, lo que representa
una contracción del 33% de lo proyectado.
Entre las razones de fondo de
esta reducción se encuentra la caída en los precios de los metales de los
últimos meses (con excepción del oro) y el contexto incierto y de crisis que se
vive en grandes economías, como la china, estadounidense o la Zona Euro.
“El ejemplo australiano nos puede
servir de guía para considerar al mencionado retraso de las inversiones como un
efecto que se origina por varias causas: la caída de los precios de los
metales, la desaceleración de China, el alto desempleo de EEUU (más de 8%), la
crisis de la Zona Euro”
señaló el especialista.
Australia se encuentra entre los
cinco más grandes productores mineros del mundo. En este país las
postergaciones o cancelaciones de proyectos mineros han aplazado importantes
proyectos como la expansión de la mina de cobre Olympic Dam, que pertenece a
BHP Billiton.
Esta empresa reportó una caída de
un 35% en sus ganancias de la segunda mitad del año fiscal, explicada en gran
parte por la desaceleración del crecimiento en la economía china. BHP reportó
su primera caída anual de ganancias en tres años debido a crecientes costos, y
a un declive en los precios de las materias primas.
¿Cuánto cuesta la contaminación
minera y quién la paga?
Y dado que el debate en torno a
las industrias extractivas se suele dar alrededor de indicadores económicos, es
necesario considerar los costos que ocasionan las actividades mineras en el
ambiente, señaló el economista Calisto.
En el estudio de Herrera y
Millones (2011), se calculó el costo económico de la contaminación ambiental
minera sobre los recursos hídricos, que reporta US$ 814,7 millones en el 2008,
y US$448,8 millones en el 2009, unos montos económicos nada despreciables.
El asunto se torna grave si se
considera que la minería apenas emplea un 1% de la población económicamente
activa (PEA) y no demuestra promover el desarrollo humano en los departamentos
donde opera.
El Estado debe encarar las
reformas pendientes en políticas públicas, que permitan un control eficiente
sobre las actividades extractivas, de modo que se proteja el ambiente y se vele
por la calidad de vida de las personas.
Los gobiernos regionales y
locales, por su parte, deben de gestionar sus recursos, promoviendo el
desarrollo con una estrategia integral, que aborde educación –básica y superior–,
desarrollo productivo, salud y ejercicio de derechos”, concluyó Calisto.
Servindi-Lima 06.11.2012