4 de agosto de 2013

El Presidente Desolado y el Llanero Solitario

Estas Fiestas Patrias escuché el tercer discurso presidencial de Ollanta Humala y días después vi la última película sobre El Llanero Solitario. En la película, el personaje citaba a John Locke acentuando el hilo explicativo de su conducta, para afirmar que la autoridad del ranger reside en la legitimidad al cumplir sus compromisos con el pueblo, incluyendo al pueblo comanche, frente a las ambiciones desbocadas de empresas ferroviarias, negocios ilegales de minería de plata y funcionarios corruptos. El 28 de julio, en el extraño discurso del Presidente Desolado, el tono singular de este otro personaje no era una simulación táctica de imagen para esquivar problemas: expresaba nítidamente el derrumbe del personaje. Resumía la Desolación de quien nació en política comprometiéndose a realizar los cambios y ahora leía titubeante el texto escrito desde las cavernas del MEF, para imponer la tercera etapa del neoliberalismo, tras las etapas fujimontesinista y la alanista del perro-del-hortelano. 

El mensaje presidencial del 28 de julio no tenía nada nuevo que decir: la tercera etapa neoliberal ya estaba en marcha con las leyes aprobadas los meses previos. Todas gestionadas por el superpoderoso ministro Castilla, real poder del Gobierno. El mensaje de Fiestas Patrias no tenía anuncios, sino obligados ocultamientos distractivos. No podía tener tono épico alguno, pues las reformas por las que el pueblo votó ya han sido desechadas. El mensaje de este 28 de julio del 2013 se redujo, entonces, al propio Presidente. Era el del personaje desolado, derrumbado internamente, desorientado hasta en su lectura y posterior juego de sillas del tedeum. El mensaje era leído por una figura presidencial transformada, sin entusiasmo ni rebeldía, para ser un arquetipo insulso de aquello contra lo que irrumpió en la política nacional. Hablaba ahora el convertido guardián de un edificio neoliberal, cuando este cruje inviable, incapaz de responder a la crisis mundial y su impacto creciente en el país. Era un Presidente desolado, dedicado a sobrevivir al cargo, y con la punta de los cuchillos de sus actuales sostenedores hincando sus espaldas.



El país escuchó a un Presidente que leía sin convicción y para esconder lo vigente. Ofrecía sin rubor lo que no podía, magnificaba sin entonación lo elemental. Enterraba sus principales mensajes anteriores que ofrecían reformas emblemáticas (Camisea, petroquímica, gas barato, industrialización, empleo digno, inclusión efectiva, educación, créditos accesibles, integración nacional, etc.). Se reducía a frases insípidas sobre pequeñas focalizaciones sociales de programas que se ofrecieron universales. Enumeraba, casi ocultadas, las novísimas perlas del este tercer piso del neoliberalismo peruano. Y, pese a todo, trataba aun de conseguir guiños y aplausos de una plutocracia indolente, la que desconfía del Presidente hasta la médula de sus desayunos.


Son cuatro las Estrategias Políticas Neoliberales impuestas en los últimos meses y vigentes: reubicación geopolítica; precarización del empleo; regalo de recursos públicos a los grandes grupos económicos; control de la administración del Estado por el MEF. Ha cambiado la estrategia geopolítica nacional del gobierno, aprobando el Acuerdo Marco del Pacífico, que es mucho más que un tema posible de libre comercio, pues supedita políticamente la nación como patio trasero de USA, aislando al Perú de Unasur y del Mercosur, y subordinando la nación como una plataforma desarticulada a los flujos financieros internacionales. Ha impuesto a todo el país la política del cholo barato con empleo precario masivo, para casi todas las empresas. Ha rebajado impuestos a los grandes grupos económicos, a los que oferta entregar los recursos de millones de dólares que la caja fiscal ha guardado estos años (superávit fiscal, reservas extraordinarias del MEF, reservas públicas, colaterales de cofinanciamiento, mercado de capitales, etc.), sin atender las reformas. Ha impuesto la dictadura del MEF, al que supedita toda la administración pública, bajo la cobertura de la ley Servir con un nuevo régimen laboral abusivo y precario.

Mientras escuchaba el Mensaje, recordé este 28 de julio la figura de ese Personaje justiciero que se tomaba fotos con el fondo de un cuadro del militar reformista Velasco Alvarado, que juraba el 2011 por el espíritu reformista de la Constitución de 1979, que anunciaba la Gran Transformación Democrática de un Perú para Todos, que recibió el voto de millones que entusiasmados lo eligieron para que cumpla sus compromisos. Pero quien hablaba era otro personaje del mismo sujeto: el Presidente Desolado, que abandona sus compromisos y el afán justiciero.

El contraste de personajes es notorio también comparado con otros. Los Personajes del Llanero Solitario, y el de su compañero indio Comanche Toro, son también Justicieros, y la película actual los presenta nítidamente. El marco de su historia es el de la pujante y sabia nación indígena comanche, en cuyos territorios una mina de plata es ambicionada por una banda criminal para sacar sus riquezas, llevando la potencia del ferrocarril y usándola para con las superganancias comprar la propia empresa y destruir a la nación comanche. Para este fin, los corruptos delincuentes buscan comprar no solo a la empresa, sino especialmente a las autoridades locales. El personaje del Llanero Solitario, citando a Locke, afirma que su Autoridad de Ranger, se sostiene en el cumplimiento de su compromiso con los ciudadanos, lo que incluye a la nación comanche. El Comanche Toro es un sabio extraordinario que muestra paso a paso la humanidad de su pueblo. Ambos no solo derrotan a la banda corrupta, sino que rechazan la oferta del directorio empresarial de comprarlos. Lo hacen con la bala de plata, el recurso último de su dignidad vital. Deciden seguir con pujanza el compromiso con la justicia.

El Desolado Presidente Humala en su discurso tiene todavía una última bala de plata. Es su último recurso de reformas: el anuncio de la modernización de la Refinería de Petroperú en Talara. ¿Hará uso de ella? ¿Sucumbirá a la feroz ofensiva mediática que la plutocracia y sus voceros han desatado inmediatamente para impedirla y/o deformarla? Trataré esta interrogante la próxima semana.

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Diario La Primera Perú 04.08.13