1 de febrero de 2012

EL CASO DE SAÚL JUÁREZ, EXTRABAJADOR DE ANTAMINA ENFERMO DE CÁNCER




Saúl Juárez Flores es un extrabajador de Antamina, despedido por la empresa minera a causa del agravamiento en su salud ocasionadas durante el trabajo. Hoy, Saúl no sólo debe enfrentar el desamparo por parte de la empresa a la que le dedicó más de diez años de su vida, sino también la indiferencia de la justicia que ignora su caso.
Antecedentes

El 1 de abril de 1999, Saúl Juárez ingresa a trabajar en la compañía minera Antamina completamente sano. Así lo indica el examen médico pre ocupacional en donde solamente se le detecta gingivitis, caries y una hematuria, por lo que solo se le pide descartar cálculos.

El trabajo del señor Juárez en Antamina era de Pit Utility, es decir, el personal encargado de revisar los equipos inmediatamente después de una explosión en la mina, por lo que el contacto con la nube de polvo mineral tóxico era inevitable.

Tras cinco años de trabajo en la mina (2004) presenta un cuadro de sinusitis crónica. El año siguiente, 2005, presenta alteraciones de ritmo cardiaco, y según los electrocardiogramas efectuados en aquella época se apreciaba una onda que se podría confundir con un infarto al miocardio.

Padeció tres de esos episodios que pudieron acabar con su vida, relata el doctor Ricardo Puell, médico personal de Saúl Juárez, en una entrevista.

Durante el 2005 y el 2006, aparecen problemas gastrointestinales, con dolor abdominal por lo que se le recomienda descartar apendicitis. Incluso en el 2008 se le practica una apendicitis, en la cual el apéndice sale sano.

Los doctores Ricardo Puell y Antonio Nakano, quienes ven el caso de Saúl Juárez desde hace aproximadamente dos años, confirman que se trata de un caso de intoxicación por metales pesados.

En mayo de 2011 se le diagnostica un linfoma de Hodgkin, es decir, cáncer. Hoy, Saúl Juárez se encuentra ya en su novena quimioterapia.

El médico Puell sostiene que su paciente ha tenido hiperqueratosis en los pies, que aparentemente son verrugas pero que también son ocasionadas por el arsénico.
La versión de Antamina

En el año 2009, la empresa contrata los servicios de un toxicólogo, el doctor Javier Waksman, quien emite un polémico informe sobre el caso del señor Saúl Juárez. Sin siquiera haberlo examinado presencialmente, concluye que Juárez se encuentra “sano”.

El doctor Waksman explica largamente en su informe que el mineralograma en el cabello “no es válido” para la intoxicación por metales.

Sin embargo, el Dr. Puell aclara que para la literatura médica el mineralograma en cabello sí sirve para casos de intoxicación por metales, sobre todo para el arsénico, con lo cual refuta el informe de Waskman.

Por ello, la minera contrata los servicios de un segundo toxicólogo, el Dr. Lugo quien examinó a Saúl Juárez durante tres meses para finalmente dar un informe sin un diagnóstico claro sobre lo que tiene el paciente.

El informe sencillamente concluye que “los problemas médicos que tiene el Sr. Saúl Juárez Flores no tienen relación con la exposición a metales pesados”, sin explicar los motivos de las enfermedades del paciente.

“Lo curioso es que Saúl ya estaba más de un año fuera de la mina y los grandes toxicólogos le piden examen en sangre y orina, entonces la pregunta es ¿encontrarás algo?”, cuestiona el Dr. Puell.

Así mismo el informe del Dr. Lugo trata de dar una explicación distinta para cada uno de los problemas de Juárez Flores, sin establecer una unidad clínica para el conjunto de problemas.

Así es como se dice que la sinusitis es producto de su labor de buceo que realizaba hace cerca de 30 años, cuando el primer informe pre ocupacional de la minera no daba cuenta de ningún problema de este tipo.

Por otro lado se dice en el informe del Dr. Lugo que la sordera que presenta Juárez es producto de las pruebas de tiro que realizaba en el Ejército hace más de 20 años, nuevamente desdeñando el primer informe pre ocupacional de la propia compañía minera.

En el 2009, la minera Antamina despide a su trabajador enfermo argumentando que ya no es apto para desempeñar su trabajo. Ese mismo año, se le practica un mineralograma en cabello el cual sale positivo para ocho metales, uno de ellos el arsénico.

Testimonios

Testimonio del Dr. Ricardo Puell:




Testimonio del Dr. Antonio Nakano:




Testimonio de Jesús del Castillo, secretario regional del Norte de Federación de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú:




Servindi-Lima 31.01.2012