CAJAMARCA. MINERA CHINA GALENO
OTRA EMPRESA DESTRUCTORA DEL ECOSISTEMA
César Aching Guzmán (*)
La heroica lucha del pueblo de
Cajamarca, es en defensa de los ecosistemas de nuestro país, para evitar que se
lleven a cabo actividades de extracción minera en cabeceras de cuenca como las
de Conga en Cajamarca.
La lucha y sacrificio del pueblo
de Cajamarca no es en contra de tal o cual empresa minera por su nacionalidad,
es en contra de todo aquello que signifique desolación y muerte, como el
proyecto de la minera Yanacocha/Newmont. Los antecedentes más próximos están en
la propia Región Cajamarca a partir del año de 1992; fecha en que con malas
artes Roque Benavides y Newmont recibieron del gobierno corrupto de
Fujimori/Montesinos el ecosistema de la Laguna Yanacoha,
consolidado a lo largo de los gobiernos no menos corruptos de
Toledo-Olivera-Kuczynski, Alan García y al parecer también el actual.
Cualquier actividad minera en
cabeceras de cuenca es destructivo sean estas empresas peruanas,
estadounidenses o chinas como la empresa Galeno.
La minera china Galeno de Lumina
Copper SAC, cuyo accionariado está distribuido de la siguiente manera: China
Minmetals Corp., 60% Jiangxi Copper Corp., 40%; viene operando en Cajamarca
desde el año 2003 en los distritos de La Encañada y Sorochuco, cuya extensión es de 1,347 ha en su primera
etapa.
El proyecto de la minera china
Galeno es nocivo para el ecosistema de la región, también destruiría las
lagunas Rinconada, Milpo, Dos colores, Kerosene, Namococha o Mamacocha,
Alforjacocha, Honda, Seca, Caparosa, Milpo chica y Lipiac; es decir en nada se
diferencia del proyecto minero de Newmont/Yanacocha, ambos se orientan a la
destrucción del ecosistema del Valle, únicamente les interesa los minerales a
precio de regalo.
Por ello insistimos que es
imperativo al evaluar proyectos de este tipo, hacerlo contraponiendo el otro
proyecto de dejar el ecosistema tal cual está, este último existe antes del
proyecto nuevo de las mineras; ambos son cuantificables desde el punto de vista
económico y deben ser evaluados aplicando las técnicas matemáticas de
evaluación de proyectos de inversión (VAN, TIR, B/C), fundamentalmente el
análisis de beneficio/costo, por ser proyectos de interés público; ambos
proyectos por su naturaleza son mutuamente excluyentes.
Al proyecto de dejar el
ecosistema tal cual está, se debe agregar inversión pública proveniente de las
reservas internacionales que se encuentran beneficiando únicamente a la banca
extranjera, altos directivos del BCR y seguramente también a encumbrados
funcionarios del estado en una moneda que día a día se viene abajo. Precisamos que
hablamos de inversión y no de gasto, la cual debe dirigirse prioritariamente a
tecnificar e intensificar la agricultura, ganadería, producción de carne,
lácteos y sus derivados, a través de asociaciones y cooperativas de pequeños y
medianos productores. Bien vale esta aclaración por cuanto los llamados
“negociadores” del estado entregan las riquezas nacionales a empresas
monopólicas y oligopólicas como el grupo Gloria, el grupo Romero, etc. Con
seguridad afirmo que el proyecto de dejar el ecosistema tal cual está, es mucho
más rentable que el de las mineras; los proyectos mineros tienen un horizonte
máximo de 20 años, es decir son finitos y el otro de preservación del
ecosistema es al infinito y como tal sustentable. La mono de obra en la
agricultura y ganadería es 80% más que en el sector minero; mano de obra que se
va calificando a medida que se tecnifique e industrialice la actividad agrícola
ganadera.
A manera ilustrativa se reproduce
textualmente algunos datos del artículo “PERU. UNA CONGA SIN SALIDA” de Gustavo
Espinoza M.:
“…En Cajamarca, donde opera
Yanacocha y Galeno (NdR), la pobreza llega al 77.6%. En La Libertad, donde están
Barrick y Michiquillay, la pobreza se sitúa en el 53.1%. En Pasco, donde opera
Milpo, en 63.6%. En Cusco, donde está Xstrata-Tintaya, en 72.7%. En Ancash,
donde están Barrick y Antamina, en un 43.4% y en Puno, con Minsur en un 77.3%.
¿Podrá decirse entonces que “a más minería, menos pobreza”?”
El gobierno –que ha sido elegido
por el pueblo- tiene la obligación de actuar con soberanía en defensa de los
intereses nacionales y no a favor de las empresas mineras; es responsabilidad
del estado salvaguardar el patrimonio nacional y no “negociarlo” en beneficio
propio y de las empresas nacionales o extranjeras.
Con Nuestro Perú 23.07.2012