Por PAULINA
LORDMÉNDEZ publicado en VEO VERDE
Para el gobierno de Perú, las explicaciones acaban
entregando el informe completo y no en un programa de atención médica para
tratar la contaminación por 17 metales pesados en la sangre de los comunales.
En 2012, la minera Glencore Sxtrata estuvo involucrada en un conflicto ambiental en la zona de Espinar, Cusco. Comuneros de la región presentaron seis metales pesados en su organismo:
arsénico, cadmio, manganeso, mercurio, plomo y talio, según el estudio
realizado en 2013. El análisis muestra que son 17 metales en realidad y no sólo los 6 que
les fueron informados.
Las muestras de los habitantes de Alto Huancané y Huisa fueron sometidas a
análisis en el Center for Disease Control and Prevention de Estados Unidos. La prueba reveló la presencia
en la sangre de: antimonio, bario, berilio, cesio, cobalto,
molibdeno, platino, estroncio, titanio, tungsteno y uranio.
Apenas el 5 de diciembre de 2014 les fue informado a los pobladores la
totalidad de los metales presentes en su sangre. El clínico Fernando Osores del
Instituto Nacional de Salud ya había denunciado que se estaba ocultando esta
información ya que participó en la investigación realizada.
De las 170 muestras tomadas, el 67% contiene uranio. La exposición constante al uranio está asociada a problemas renales y
cáncer. Esta es la parte grave de haber ocultado información. La gente necesita
atención médica y un programa de tratamiento, no sólo que se les informe la
gravedad de su situación.
Otro especialista, el biólogo Carlos Sánchez Zavaleta, cree que no se
ocultó información y que los comunales sabían que se analizarían los 17 metales
pero pocos fueron a recoger los resultados al hospital.
Por otro lado afirman que el Centro de Salud Ocupacional y de Protección
del Ambiente para la Salud (Censopas) sólo tenía el consentimiento de los
pobladores para el análisis de 6 metales, por esta razón no les fue entregado
el informe completo.
Existen diferentes versiones para justificar que se haya ocultado
información a los comunales que, mientras tanto, siguen perdiendo a sus
animales domésticosdebido a la contaminación sin
poder reclamar porque una vez entregados los estudios, el
problema se ha terminado. Glencore se niega a escucharlos y el
gobierno no provee ayuda.