 
Servindi, 5 de setiembre, 2013.- Un foro realizado en Celendín, 
Cajamarca, concluyó que el proyecto hidroeléctrico Chadin II en la 
cuenca del río Marañón tendría la finalidad de proporcionar energía al 
cuestionado proyecto minero Conga, además de significar la amenaza de 
impactos sociales y ambientales. Así lo destaca un informe sobre dicho 
tema elaborado por Luis Manuel Claps para el Latin American Bureau (LAB) y que reproducimos a continuación.
Llueve sobre el Marañón
Por Luis Manuel Claps
5 de setiembre, 2013.- Varias organizaciones se reunieron a mediados 
de agosto en Celendín, Cajamarca, al norte de Perú, para articular 
estrategias de resistencia contra el proyecto hidroeléctrico Chadín II. 
Además de los graves impactos ambientales y sociales que supone el 
represamiento del río Marañón, denuncian que su finalidad es satisfacer 
la demanda energética del megaproyecto minero Conga.
El sábado 17 de agosto se llevó a cabo en la Casa del Maestro el foro
 público “Hidroeléctricas en el Marañón: Ríos, Vida e Industrias 
Extractivas”, organizado por Forum Solidaridad, International Rivers, 
Grufides, la Plataforma Interinstitucional de Celendina (PIC) y las 
Rondas Campesinas.
El encuentro contó con la participación de diversos expertos y 
representantes de las comunidades potencialmente afectadas. En los días 
previos, una comisión recorrió durante tres días los valles y 
comunidades del cauce medio del Marañón que serían sepultados por el 
embalse para informar, conversar, fortalecer vínculos y promover 
acciones conjuntas en defensa del río y sus ecosistemas.
A un año de las masivas protestas contra la expansión minera en las 
cabeceras de cuenca, la represa Chadín II podría encender un nuevo 
conflicto ambiental en la región. 
Existe una petitción internet buscando reunir 5,000 firmas de personas que se oponen al proyecto Chadín II project. 
Para agregar su firma, hagan clic aquí.
La energía
El proyecto hidroenergético Chadín II (600 MW) es promovido por AC 
Energía SA, del grupo multinacional brasileño Odebrecht. Supone la 
construcción de una presa de 175 metros de altura que formará un embalse
 de unos 23 kilómetros de largo en el tramo andino del río Marañón. El 
costo monetario del proyecto asciende a US$819 millones, mientras que 
los costos ambientales y sociales podrían ser mucho mayores. Se estima 
que la etapa de construcción demandará unos 2500 trabajadores, pero la 
operación y mantenimiento no requerirá más de 40.
El embalse sepultaría bajo el agua veintiún centros poblados, entre 
ellos El Inca, El Mango, El Paraíso, Santa Rosa, Montegrande, Salazar, 
Nueva Rioja, El Cura, Saquilillo, Mapish, San Francisco, Libián, Tupén y
 Mendán. La principal actividad económica de la zona es la agricultura y
 los cultivos más productivos son la hoja de coca y los frutales como 
papaya, plátano, naranja, limón, mango y ciruela.
En un 
pronunciamiento de julio de 2013,
 organizaciones locales reclamaron que “no se puede pasar por encima de 
las leyes peruanas y los convenios internacionales, ni desconocer los 
derechos de los pobladores de las provincias de Celendín en Cajamarca, y
 Luya y Chachapoyas en Amazonas, herederos de los pueblos originarios 
Chachapoyas, Caxamarcas y Coremarcas”.
En el resumen ejecutivo del EIA del proyecto, actualmente en proceso 
de aprobación, AC Energía propone “transacciones individuales” con los 
propietarios de los terrenos que serían inundados, sin la intervención 
del Estado ni organizaciones intermedias. El estudio no reconoce la 
existencia de pueblos indígenas.
El agua
El proyecto Conga está ubicado a unos 73 km al noreste de la ciudad 
de Cajamarca, en los distritos de Sorochuco y Huasmín de la provincia de
 Celendín y La Encañada de la provincia de Cajamarca. Propone la 
explotación de los tajos Chailhuagón y Perol y al menos otros dos tajos 
adicionales, Amaro y La Carpa.
Una planta con capacidad para procesar diariamente 92,000 toneladas 
de roca permitiría obtener 3,1 billones de libras de cobre y 11,6 
millones de onzas de oro en 20 años. La ley del mineral es muy baja: 
cada tonelada contiene menos de un gramo de oro y 0,2% de cobre. Todos 
conocen la devastación que vendrá con Conga: la misma empresa explota 
desde hace veinte años la mina de oro y cobre Yanacocha, la más grande 
de Sudamérica.
Los yacimientos de Conga fueron descubiertos originalmente en 1991 
pero las actividades de exploración comenzaron en 2004. En octubre de 
2010 se aprobó su Estudio de Impacto Ambiental. El Gobierno Regional y 
las comunidades denunciaron los graves impactos que provocaría en las 
cabeceras de cuenca.
Ante el reclamo por la destrucción de las lagunas Azul, Perol, Mala y
 Chica, Minera Yanacocha respondió que construiría cuatro reservorios 
para reemplazarlas. El 27 de julio de 2011 la estadounidense Newmont 
Mining y su socia local Buenaventura, propietarias de Yanacocha, 
hicieron pública la aprobación de la financiación del proyecto por 
US$4800 millones, la mayor inversión minera en la historia del Perú.
Pero en noviembre de 2011 
un contundente paro
 obligó a la empresa a suspender sus actividades. La renuncia del 
viceministro de Gestión Ambiental, que mantenía una posición crítica del
 proyecto, precipitó una crisis política en el primer gabinete del 
recién asumido Ollanta Humala. Miles de personas salieron a las calles 
para defender el agua y Yanacocha anunció la suspensión del proyecto por
 exigencia del gobierno nacional.
El 4 de diciembre el premier Salomón Lerner, varios ministros y las 
autoridades regionales se reunieron en la ciudad de Cajamarca. Esa misma
 noche Humala decretó el estado de emergencia en las provincias de 
Cajamarca, Hualgayoc, Celendín y Contumazá por el término de sesenta 
días y Óscar Valdés, entonces ministro de Interior, fue designado primer
 ministro.
El 17 de abril de 2012 un Tribunal Constitucional 
invalidó una ordenanza
 del Gobierno Regional que había declarado inviable al proyecto minero. 
En los primeros días de julio, la brutal represión a los manifestantes 
opositores al proyecto por fuerzas del Ejército y la Policía Nacional 
dejó el trágico saldo de cinco muertos y unos ciento cincuenta heridos.
Veinte por uno
En 
un solo decreto,
 en abril de 2011 Alan García declaró de interés nacional la 
construcción de veinte centrales hidroeléctricas en el río Marañón. 
Rebautizada como la “arteria energética” que aseguraría el “desarrollo 
productivo del Perú hasta el año 2050″,  con “impactos mínimos o nulos 
sobre el medioambiente”, la decretada “revolución energética” de “quince
 mil millones de dólares” generaría más de “doce mil megavatios” y 
permitiría “irrigar millones de hectáreas agrícolas”.
Los principales proyectos incluidos en el decreto son Cumba (1400 
MW), Rentema (1500 MW), Escurrebraga (1800 MW) y Manseriche (4500 MW). A
 éstos se suman otros cuatro: Chadín II, Marañón (96 MW), CH del Norte 
(600 MW) y Veracruz (700 MW). El decreto omite sus reales motivaciones 
económicas: la exportación de energía a Brasil y el abastecimiento de la
 extensa cartera de megaproyectos mineros de las empresas 
transnacionales en la región.
 
Audiencias abusivas
Elmer Saldaña Montoya, presidente del recientemente creado Frente de 
Defensa de Yagén, fue uno de los dirigentes locales que tomó la palabra 
en el foro de Celendín. Aseguró que “mi pueblo no se puede comprar, hay 
300 hectáreas cultivadas que son de propiedad comunal. Podrán comprar a 
algunas personas, como a las autoridades cobardes de Cortegana y 
Chumuch, pero mi pueblo no se puede comprar”.
Por su parte H. Rojas Gonzales, del Frente de Defensa del Río 
Marañón, llamó a “ponerse en pie de lucha contra las represas y rechazar
 Chadín II y Conga”. “Estamos seguros de que no nos van a vencer, se 
trata de una empresa corrupta que promueve audiencias abusivas, llenas 
de policías”. “El alcalde de Cortegana se ha prestado a la cobardía. 
¿Por qué llaman progreso al estancamiento del río? Los valles 
productivos del Marañón ya tienen dueños”.
Los ronderos y la PIC denunciaron a Odebrecht y al gobierno nacional 
por “montar una falsa consulta previa en el distrito de Cortegana”. En 
una “audiencia pública” celebrada el pasado 5 de julio, la policía 
reprimió y no dejó ingresar a quienes se oponen al proyecto. 
Algo similar ocurrió en Chumuch el sábado 6 del mismo mes.
Integración energética
El 16 de junio de 2010 los ministros de Energía y Minas del Perú y Brasil firmaron un 
Acuerdo Energético
 con el objetivo de establecer el marco legal para promover la 
construcción de centrales hidroeléctricas en el Perú por empresas de 
capital brasileño y establecer las condiciones para la exportación de la
 electricidad al Brasil.
El 17 de febrero de 2012 se creó la Comisión Multisectorial de 
Facilitación de Inversiones Energéticas para promover “acciones de 
coordinación con organismos del Poder Ejecutivo a fin de establecer 
mecanismos de facilitación para el otorgamiento de concesiones, 
licencias y autorizaciones”.
Con el apoyo financiero del Banco Nacional de Desarrollo Económico y 
Social (BNDES), la institución financiera de desarrollo más grande de 
América Latina, empresas multinacionales como Odebretch exportan a los 
países de la región el modelo de acumulación capitalista neoliberal que 
aplican en su propio país.
Como denuncia el 
Movimento dos Atingidos por Barragens
 (afectados por represas), que lleva veinte años de lucha contra la 
privatización del sistema eléctrico y por la democratización de la 
matriz energética, en Brasil ya se construyeron unas 2000 represas que 
expulsaron a más de un millón de personas de sus tierras: una dictadura 
impuesta contra los pueblos ribereños.
La serpiente de oro
El Marañón conforma una de las cuencas más importantes del Perú, 
donde vive al menos el 17% de la población del país. Tras recorrer los 
valles interandinos a lo largo de 1600 kilómetros y surcar seis 
regiones, entre las cadenas occidental y central de los Andes, atraviesa
 la región de los pongos en el departamento de Amazonas, el último 
obstáculo antes de alcanzar la llanura amazónica, reunirse con el 
Ucayali y tributar sus aguas en el río Amazonas.
El curso Marañón da vida a una rica biodiversidad y sus bosques secos
 albergan un alto endemismo de aves. Las represas se proponen sin 
suficiente entendimiento de la escala y complejidad de los servicios 
ambientales que presta, ni sobre los impactos que sobre ellos podrían 
provocar.
Buena parte de la sección media del río forma un cañón de abismal 
profundidad a ambos lados, mayor incluso a la del famoso Gran Cañón del 
Colorado. El llamado cañón del Marañón configura uno de los mejores 
sitios del mundo para la práctica del rafting. Por allí está la villa de
 Calemar, sobre la que el narrador peruano Ciro Alegría basó una de sus 
novelas más entrañables.
Difusión y articulación

En
 junio de este año Forum Solidaridad y otras organizaciones sociales de 
las regiones Amazonas y Cajamarca lanzaron la campaña “
Río vivo, Marañón sin represas”
 cuyo objetivo es alertar a la opinión pública sobre los graves impactos
 que podrían ocasionar la construcción de las centrales hidroeléctricas.
 
Como parte de esta campaña, una comisión conformada por 
especialistas, líderes y pobladores locales recorrió durante tres días 
los valles y oasis del Marañón entre Celendín y Chumuch. A pie y en 
mula, ya que no hay caminos de acceso, la comisión visitó Yagén y luego 
Playa El Inca, donde río abajo se encuentra el sitio donde sería 
levantada la represa Chadín II. El objetivo de la comisión fue recoger 
información sobre la situación actual e informar, conversar y establecer
 vínculos para posibles acciones conjuntas en defensa del río.
De Playa El Inca continuaron hasta Tupén, pasando por los 
asentamientos de Saquilillo, Choropampa y San Lucas. En Yagén, Tupén y 
Mendán (con unos 500 habitantes, el más poblado), la comisión se reunió 
con los vecinos para presentar información sobre Chadín II, sus posibles
 impactos ambientales y sociales, los derechos humanos que estarían en 
riesgo y las posibles acciones legales para defenderlos.
Costos ambientales
En el foro público de Celendín, el ingeniero José Serra Vega formuló 
algunas observaciones al resumen ejecutivo del EIA del proyecto Chadín 
II. “La primera constatación es que el costo ambiental de la represa 
está completamente ausente y no hay ningún análisis de los impactos 
aguas abajo del embalse”. Para el ingeniero Serra, “el costo total del 
proyecto no debe medirse solamente en términos monetarios como hace la 
empresa, sino considerando también los costos en términos ambientales”.
Entre los principales impactos, Serra mencionó que “el dique va a 
retener los sedimentos que alimentan los cultivos aguas abajo y 
obstaculizar el paso de los peces, dos elementos esenciales para la 
seguridad alimentaria de las comunidades Awajún. No se ha estudiado lo 
suficiente la relación entre el río y las llanuras productivas y es 
alarmante que el MINAM no haya hecho observaciones sobre estos puntos”.
Desplazamiento y pobreza
Aurelia Matos López e Hilda Montenegro Bonilla, tenienta gobernadora 
de Nuevo Huabal, representantes de los desplazados por Odebrecht en el 
Proyecto Especial Olmos Tinajones, en la región Lambayeque, denunciaron 
los abusos de la empresa y las penurias sociales y económicas que les 
toca enfrentar a sus familias después de ser reubicadas para hacer lugar
 al embalse de la represa Limón.
“Vivíamos en lo mejor, pero ahora estamos en lo peor” concluyeron. Su
 mensaje fue claro: “no crean, el desplazamiento genera pobreza”. Según 
el 
resumen ejecutivo del EIA de Chadín II, el programa de capacitación local de AC Energía se denomina CREER.
Benjamin Hoffman, abogado de 
EarthRights International,
 explicó que la construcción del proyecto Chadín II supone varios 
riesgos para los derechos humanos. Particularmente preocupante es el 
posible desplazamiento de la población que vive y trabaja en las zonas 
que serían inundadas.
Aseguró que el Estado debe demostrar los beneficios del proyecto y 
que no hay alternativas menos perjudiciales para alcanzarlos. Por otra 
parte, “ante un posible reasentamiento, el nuevo sitio debe ofrecer las 
mismas oportunidades de trabajo y derecho a la salud, alimentación y 
vivienda que el lugar original”.
Hoffman agregó que el procedimiento relacionado con la construcción 
del proyecto Chadín II no está asegurando el respeto por los derechos 
humanos de la población. “El Estado debe asegurar el derecho a la 
participación, y para ello, la población afectada debe contar con toda 
la información relevante y la oportunidad real de expresar sus opiniones
 de acuerdo a la ley. Estos requisitos, después de nuestra visita a la 
zona, se encuentran en seria duda”.
¿Para qué y para quiénes?
Antonio Zambrano, coordinador del Área de Integración Solidaria de 
Forum Solidaridad Perú, ofreció una mirada crítica sobre el proceso 
vigente de integración sudamericana bajo el dogma de la gran inversión. 
“Los megaproyectos de infraestructura se anuncian como más producción y 
empleo, pero también generan deforestación y degradación de bosques, 
desplazamiento de poblaciones, colonización desordenada, prostitución y 
trata de personas, diseminación de enfermedades, aumento de la 
criminalidad y tráfico de tierras”. “¿Cuánto tiempo más seguiremos 
ignorando los conflictos sociales? ¿Cuánto tiempo más seguiremos 
creyendo ciegamente en el dogma de la inversión?” se preguntó.
Jaime Rivera Gonzales, subgerente de la Gerencia de Recursos 
Naturales y Gestión del Medio Ambiente del Gobierno Regional de 
Cajamarca, subrayó que “los proyectos Conga y Chadín II son inviables”. 
Por su “impacto en los derechos humanos y el medioambiente, serias 
deficiencias en los estudios y su potencial contribución con el fenómeno
 del cambio climático local y global”, Rivera llamó a las organizaciones
 de la sociedad civil a “mantener la actitud vigilante frente a los 
megaproyectos mineros y energéticos”.
Por su parte Milton Sánchez, presidente de la 
Plataforma Interinstitucional Celendina
 (PIC), destacó en su exposición la relación entre Chadín II y el 
proyecto minero Conga. Para Sánchez “el consumo de energía del proyecto 
minero no tiene precedentes, prueba de ello son las dimensiones del 
molino de rocas que pretenden instalar allí arriba”. 
Según su fabricante, la finlandesa Metso, Conga utilizaría el molino de rocas semiautógeno más grande jamás instalado.
Sánchez advirtió que la demanda energética de la minería en Cajamarca
 se multiplicaría geométricamente con la puesta en producción de los 
proyectos Minas Conga, Cerro Negro y Chaquicocha (Newmont y 
Buenaventura), El Galeno (Jiangxi Copper), La Granja (Rio Tinto), 
Michiquillay (Anglo American), Tantahuatay (Buenaventura y Southern 
Copper), Shahuindo (Sulliden Gold), Sipán (Hochschild Mining) y Cerro 
Corona (Gold Fields).
De acuerdo a la ONG con sede en Lima Cooperacción, el 55,2% del 
territorio de la provincia de Celendín, y el 77,7% del territorio de la 
provincia de Cajamarca, fueron otorgados en concesión minera por el 
gobierno central (
ver mapas).
Llueve sobre mojado
Las mineras alientan la construcción de represas para aprovechar la 
energía que producen. La ley del mineral determina el consumo: a menor 
proporción de metales en la roca, mayor demanda de agua y energía para 
extraerlos.
En 2011 la brasileña Vale 
adquirió una participación
 del 9% en el megaproyecto hidroeléctrico Belo Monte (11,2 GW), uno de 
los más resistidos del mundo. La mayor exportadora mundial de hierro es 
también la principal consumidora unitaria de energía del Brasil. En 1984
 construyó la represa de Tucuruí y el lago de 72 metros de profundidad 
generado por el embalse desplazó a 35,000 personas.
Xstrata Copper impulsó durante años la construcción de represas en 
los ríos prístinos de la Patagonia, entre el sur de Chile y Argentina. 
En 2007 la subsidiaria Energía Austral presentó un EIA para represar el 
río Cuervo y construir una central hidroeléctrica (640 MW) y línea de 
alta tensión de 800 kilómetros para alimentar sus minas de cobre en el 
norte.
A pesar de haber sido aprobado por la autoridad ambiental regional, el proyecto 
se encuentra suspendido
 por la resistencia social y un fallo de la Tercera Sala de la Corte 
Suprema de Chile. En abril de 2012 Xstrata vendió el 51% de su 
participación en Energía Austral a la australiana Origin Energy, con 
sede en Sydney. Después de fusionarse con Xstrata este año, ahora la 
mayor compañía de commodities del mundo, Glencore, posee el 49% 
restante. En agosto de 2013 Energía Austral 
presentó estudios geológicos adicionales del proyecto Cuervo a las autoridades chilenas.
Cambio climático y vulnerabilidad
Según el 
Ministerio del Ambiente (MINAM)
 el Perú es uno de los países más vulnerables al cambio climático. La 
mayor intensidad e imprevisibilidad de los fenómenos del clima amenaza 
los grandes proyectos de infraestructura como carreteras, ductos y 
represas.
En junio de 2010 
el colapso del dique
 de colas de Minera Caudalosa derramó 25 mil metros cúbicos de desechos 
tóxicos a lo largo de 100 kilómetros de un río que cambia de nombre 
según el pueblo que recorre: Escalera, Huachocolpa, Opamayo, Lircay, 
Urubamba y Cachimayo, en la región Huancavelica. Las lluvias 
inusualmente intensas y la irresponsabilidad de la empresa provocaron el
 desastre, uno de los peores en su tipo de los últimos años.
Los ríos profundos
Para Monti Aguirre, coordinadora en América Latina de la organización 
International Rivers e integrante de la 
Red Latinoamericana contra represas y por los ríos,
 sus comunidades y el agua, “la mayoría de los proyectos de represas 
actuales, incluyendo la serie sobre el río Marañón, se basan en 
investigaciones originadas en los años 1960 a 1970, desde el ethos del 
agua vigente en ese momento, en el cual cuestiones de gran relevancia 
actual como el cambio climático estaban ausentes”.
Según el informe de la Comisión Mundial sobre Represas de 2000, que 
reveló los impactos globales de la industria hidroeléctrica, en el mundo
 existen unas 47,000 represas consideradas grandes (de más de 15 metros 
de alto) y los países que más las han construido son Estados Unidos, 
China e India.
En términos sociales, la Comisión encontró que con frecuencia los 
efectos negativos de las represas no se valoran ni se toman en cuenta 
adecuadamente. Una gran variedad de impactos afectan la vida, los medios
 de subsistencia y la salud de las comunidades que dependen de los 
ambientes ribereños. Entre 40 y 80 millones de personas han sido 
desplazadas por represas en el mundo y muchas de ellas sin 
reconocimiento ni indemnización alguna.
Los impactos en los medios de subsistencia de las comunidades río 
abajo de las represas tampoco fueron valorados adecuadamente ni 
incorporados en la planificación y diseño de los grandes embalses. 
Actualmente la comunidad científica se ha replanteado el lugar de las 
grandes represas en la matriz energética porque hay alternativas viables
 para asegurar las necesidades vitales y productivas de las poblaciones 
locales, como las represas de pequeña escala, la energía eólica, solar o
 de biomasa.
Firme la petición con un acceso mediante el siguiente enlace:
