7 de noviembre de 2012

NASCA: 20 PLANTAS PROCESAN MINERALES SIN LICENCIA



Cerca de la zona arqueológica se asentaron centros de relave que botan sus desechos al agua sin ningún tipo de tratamiento

JOSÉ ROSALES

Luego de sobrevolar los 130 kilómetros cuadrados del valle Las Trancas y Pajonal, al sur de la provincia de Nasca, en Ica, se puede observar la devastación de este territorio, los daños ecológicos que están causando en el ambiente 20 plantas sin licencia de procesamiento de mineral.

Estas plantas, a pesar de no contar con autorización para operar, procesan gran parte del mineral que se extrae artesanalmente en el Perú. El permiso que tienen es solo para el uso de agua.

Esta zona se ha convertido desde hace casi tres años –según cuentan los propios mineros– en el principal eje de procesamiento minero artesanal del Perú. Existen en el lugar pozas y vertederos donde estas plantas mineras arrojan, sin tratamiento alguno, los grandes volúmenes de relaves que generan en el procesamiento de mineral.

“Por primera vez, la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) de Ica realizó una inspección a las plantas del valle Las Trancas y en el sector de Pajonal, así como otras ubicadas al norte de Nasca– cerca de la zona arqueológica– y confirmaron que todas funcionan sin la autorización para operar, no tienen normas de protección ambiental, sus pozos de relave están mal diseñados y no tienen capas de protección”, reconoció el director de esta dependencia, Armando García Pérez.

En su mayoría –confirmó–son plantas de procesamiento de cobre, algunas de plata y oro pero casi todas han solicitado al Ministerio de Energía y Minas el cambio de uso a plantas polimetálicas para procesar, como ya lo hacen en su mayoría, todo tipo de mineral que se extrae artesanalmente en el Perú.

Aseguró que la DREM-Ica ha emprendido acciones correctivas para evitar mayores impactos en el medio ambiente. “Se coordina con una empresa acreditada ante Indecopi para que proceda con el recojo de muestras de agua subterránea, del polvillo que generan en sus procesos, así como de los relaves que arrojan a fin de determinar el grado de contaminación ambiental y poder cuantificar los daños para iniciar los procesos sancionadores”, aseguró.

El Comercio-Lima 06.11.2012