Culpando a Marco Arana
¿Pertenece usted a Patria Roja? –preguntó un periodista al Padre Marco Arana durante una conferencia de prensa en la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
Con motivo de la reciente crisis de Combayo, diversos medios de comunicación vienen sosteniendo todo tipo de acusaciones hacia Arana, caracterizándolo como un “cura rojo” que manipula a los campesinos. Estas aseveraciones parten de un fuerte prejuicio, no sólo hacia Arana, sino también hacia la población: los campesinos son percibidos como seres manipulables, que no tienen ni pueden alcanzar un criterio propio. Por ello, cuando protestan frente a algún problema, es inútil buscar razones objetivas a sus reclamos: ellos son incapaces de distinguir lo que está bien. Se prefiere entonces buscar un supuesto “azuzador”, sea un partido político, una ONG o un sacerdote. En este último caso, además, se demuestra además un marcado desconocimiento sobre el mundo rural, ignorándose los avances de las iglesias evangélicas entre los campesinos. Quienes acusan a Arana de no cumplir su misión sacerdotal, involucrándose en asuntos terrenales, olvidan la preocupación que existe en la Iglesia Católica por el medio ambiente, inspirada en San Francisco y remarcada continuamente por Juan Pablo II.
Convendría mas bien analizar por qué, cuando Yanacocha llegó a Cajamarca tenía tanto respaldo de la población y actualmente existen fuertes sentimientos en su contra. Habría entonces que recordar la sucesión de problemas ambientales y sociales ocasionados por la actividad minera, desde las presiones que los primeros campesinos padecieron para vender sus tierras a un precio ínfimo, hasta las muertes de miles de truchas en ríos y piscigranjas.
Después de tantos años de actividad minera, Cajamarca sigue siendo uno de los departamentos con los peores niveles de analfabetismo, desnutrición y esperanza de vida. En medio de tanta miseria, los funcionarios de Yanacocha disfrutan de un opulento y poco discreto estilo de vida (si alguien tiene alguna duda, revise cuánto cuestan los uniformes escolares del Davy College, donde estudian los hijos de los funcionarios). Yanacocha ha gastado centenares de miles de dólares financiando equipos de fútbol, fiestas patronales y actividades artesanales, pero hasta en los mismos conciertos que auspicia, los asistentes saludan su nombre con chiflidos y silbatinas.
Para los cajamarquinos, es evidente que el dinero ha sido empleado como instrumento de control social y no con una verdadera perspectiva de desarrollo.
La desconfianza hacia Yanacocha se incrementó desde el derrame de mercurio en Choropampa, en junio del 2000, demostrándose que la empresa transportaba con total negligencia productos tóxicos por zonas pobladas. Sin embargo, fue en agosto del 2004, cuando la relación entre Yanacocha y los cajamarquinos llegó a su momento más crítico por la pretensión de la empresa de explotar el cerro Quilish, la principal fuente de agua de la ciudad y los valles aledaños. La Municipalidad Provincial había emitido una Ordenanza declarando zona protegida el cerro, pero la empresa pretendía desconocerla y comenzar sus actividades. Desesperados ante el temor a la contaminación por cianuro o mercurio, campesinos y estudiantes bloquearon las carreteras. Todas las autoridades y los congresistas de Cajamarca se pronunciaron para pedir que respetara la voluntad
de la población. Es verdad que el Padre Arana intervino, pero no para manipular a nadie, sino para calmar las tensiones y evitar muertes. Fue por ello que meses después recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos.
El 4 de noviembre de ese año, Yanacocha anunció en un comunicado público que desistía de explorar el cerro Quilish. Admitía también que había cometido errores en su relación con la población y en sopesar los efectos negativos de sus actividades. Algunos observadores saludaron un mea culpa sin precedentes en las empresas que operan en el Perú. Otros, más suspicaces, pensaron que se trataba de un intento de mejorar relaciones públicas, porque la empresa está empeñada en expandir sus actividades.
Efectivamente, en ese proceso de expansión, el año pasado se produjeron violentos incidentes en San Cirilo y este año, en el conflicto de Combayo, falleció el campesino Isidro Llanos, no se sabe aún si por un vigilante de la empresa de seguridad Forza o por un policía. Se trata de la segunda muerte generada por conflictos mineros-ambientales este año: la primera fue la de Guillermo Tolentino, asesinado por la policía en Huaraz, mientras protestaba contra los abusos de un service de la empresa Barrick. De hecho, el premio otorgado a Arana evidencia que en estos conflictos se ven involucrados muchos derechos humanos: desde la vida hasta el medio ambiente y desde la propiedad de la tierra hasta el derecho a la participación.
Calmada la crisis de Combayo, la campaña difamatoria contra el Padre Arana continúa. Los funcionarios de la empresa no parecen darse cuenta que gracias a él, muchos campesinos cajamarquinos creen que son posibles salidas pacíficas para proteger sus tierras, el agua y el medio ambiente. Pretender eliminar su valioso rol, sólo llevaría a Cajamarca a una lamentable espiral de violencia.
www.agenciaperu.com 11/09/2006 007pvcabqv.pdf
La columna del director Por: Aldo Mariátegui
Minería hecha educación
La mano siempre pica, aun en vacaciones, y allí van unas líneas. Ultimamente el tema minero ha estado en el tapete por este boom. Felizmente se llegó a un acuerdo –algo “chicha”– que evitó irse a litigar afuera por una imposición arbitraria y cortoplacista de impuestos a sobreganancias, donde hubiéramos llevado todas las de perder por los
contratos de estabilidad y porque ponerse a pelear hubiera significado la retracción de nuevas inversiones mineras. Podríamos haber sido tan “piñas” de imponer las sobreganancias y que justo los precios se caigan, lo que hubiera sido el peor escenario: nada de sobreganancias, poca inversion nueva y hartos juicios afuera. Pero obtenidos estos millones extras anuales, veo que la idea es embarcarse en un ambicioso programa
de obras públicas en cada zona. Me temo que mucho de ese dinero va a terminar en monumentos al árbitro y auditorios faraónicos, malgastado (o peor, robado), sobre todo ahora que se ha relajado el SNIP y vienen épocas electorales. Y lo trágico es que precisamente en las zonas donde opera la minería campean los dos más grandes enemigos nacionales: la ignorancia y la desnutrición.
Si vas a gastar recursos escasos y extraordinarios, pues úsalos en algo más perenne y valioso que el cemento: la educación. Ese dinero debe exclusivamente utilizarse –paulatinamente, en un fondo que garantice continuidad– en educar y nutrir a todos los jóvenes de las cien comunidades más pobres. Las mineras –con los fondos comprometidos– y las regiones –con el canon– deben contratar a los mejores profesores
públicos peruanos (en adecuadas y baratas aulas prefabricadas y con útiles escolares), amén de garantizar un programa nutricional de emergencia (pues desnutridos niños sin hierro en la sangre, sin proteínas en el cerebro y sin fuerzas en los músculos, no aprenden) y cierto ingreso extra a los padres (es trágico, pero los niños son mano de obra y existe un costo en el mundo campesino para mandarlos a la escuela), además de
planificación familiar (¡no pueden salir adelante con siete hijos en promedio!).
Un chico campesino con una buena primaria (por lo menos; lo deseable es una media completa), occidentalizado (esto sin perjuicio de su cultura andina) y con un buen castellano (sin perjuicio de su quechua o aimara materno) ya está a años luz de su medieval entorno y lo liberas de esa esclavitud de eterna pobreza extrema de sembrar papas en un minifundio y de no tener la más mínima idea de lo que pasa en el mundo.
También algo del dinero debería beneficiar a las universidades de la zona.
Con Yanacocha al lado, la Universidad de Cajamarca debería ser una de las mejores, una mezcla de la Agraria y la UNI en sus mejores tiempos prevelasquistas. Sin crear porquerías extremistas como esa ayacuchana San Cristóbal de Huamanga de los 60-70, responsable principal del nacimiento de Sendero.
Diario Correo – Lima 11/09/2006 007blsocqe.pdf
APCI proyecta exigir certificación de calidad a las ONGs
La Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI) proyecta exigir a las ONGs un proceso de certificación de calidad para mejorar la transparencia en la recepción y uso de los recursos recibidos del exterior, adelantó su director ejecutivo, Agustín Haya de la Torre. Dijo que para ello estaba la espera de la pronta aprobación de un proyecto ley que le dará facultades a APCI para establecer un proceso de certificación de calidad, similar a los estándares de calidad que exigen los ISO 900 ó 9002.
Diario El Regional – Cajamarca 11/09/2006 007bgfygdj.jpg
Hoy es constatación en lugar de desastre ecológico
Denuncian a Gold Fields
Para hoy a las diez de la mañana esta fijado la diligencia de constatación de los hechos y toma de muestras en el lugar Km. 65 de la carretera Cajamarca-Bamabarc, en la investigación que se sigue contra la minera Gold Fields, tras el derrame de petróleo registrado en ese lugar. La diligencia esta dirigida por el Fiscal Provincial Mixto, Domingo Contreras Solari, para lo cual se ha citado a representantes de INRENA, Ministerio de Energía y Minas y DIGESA. Así mismo esta citado el chofer de la cisterna, representantes del Grifo Continental y de la compañía sudafricana.
Diario El Mercurio – Cajamarca 11/09/2006 007eovoryy.jpg
Monitorearán agua de proyecto Carachugo
Para el próximo mes se ha programado el inicio del monitoreo de las aguas que corresponden al río Azufre donde se ubica el proyecto Carachugo, para verificar de esta manera las condiciones en que se encuentra el agua influenciada por el proyecto, manifestó Alfonso Morales Peralta de DIGESA.
Diario El Mercurio – Cajamarca 11/09/2006 007njwulmd.jpg