1 de octubre de 2009

GOLPISTAS IMPACIENTES


Por: Mirko Lauer

El atentado contra el hogar de Salomón Lerner Febres y las subsiguientes amenazas telefónicas contra él no son hechos aislados, sino que se producen sobre un terreno abonado por años de campaña pública contra la Comisión de la Verdad, que presidió, y ahora último contra el proyecto de un Museo de la memoria, cuya comisión vice-preside.

El estilo es conocido. Cuando este diario denunció algunas actividades de la empresa Forza al servicio de Yanacocha recibimos amenazas parecidas. Los defensores de los derechos humanos son blanco frecuente de esta manera de intentar amedrentar sin exponerse. Como suele suceder, lo que delata el origen es el lenguaje, que nunca engaña.

Hay un lenguaje que comparten el matachín anónimo, el torturador, el asaltante asustado, el extremista al filo de la exasperación, y algunos medios por cierto de la extrema derecha. Es un lenguaje en el cual la forma suele decir bastante más que el contenido, y que se concibe a sí mismo como antesala de la violencia física.

Sobre la hipocresía de este lenguaje frente a Lerner elegido como objetivo del terrorismo blanco, es recomendable la lectura del texto de Gustavo Faverón acerca de un anti-CVR que cree defender al ex rector de la PUCP. Lo publica en su espacio puenteareo1.blogspot.com., en la nota del pasado sábado 26.

¿Quiénes han sido? Casi un decenio de historia nos dice que los fujimontesinistas son los especialistas en el tema. Pero no los únicos. Fernando Rospigliosi arriesga la opinión de que son uniformados en actividad. Pero ese tipo de personal suele actuar en virtud de instrucciones recibidas del poder político o económico.

Digamos que los enemigos de Lerner y de lo que él representa son perfectamente conocidos. No nos referimos a los críticos de la CVR, que están en su perfecto derecho de serlo, sino a los descalificadores con argumentos de la más baja estofa. Argumentos parecidos a los que se ha usado para descalificar al sistema democrático.

Nos referimos a quienes reclaman sin rubor impunidad para las atrocidades cometidas. Da la impresión que mil veces prefieren al SL asesino de Abimael Guzmán que los rigores éticos de la institucionalidad democrática. Sobre todo que les es más fácil atacar al institucionalismo democrático que pelear contra el narcoterrorismo.

No dude el presidente Alan García que los enemigos encubiertos de Lerner son en el fondo los mismos que intentaron asesinarlo a él en su hogar el año 1992. Dado que Lerner integra una comisión creada por este gobierno, no estaría de más decir algunas palabras sobre lo que las agresiones contra él significan.

Diario La República - Lima 01/10/2009