14 de febrero de 2008

ATENTADO CONTRA INSTALACIONES DE YANACOCHA

Escrito por Oficina de Comunicaciones Yanacocha


Manos extrañas cortan tubería que transportaba aguas ácidas a plantas de tratamiento. Esta es la misma tubería que fue saboteada por desconocidos en octubre del 2006. Un nuevo atentado contra el medio ambiente: manos extrañas han realizado dos cortes de aproximadamente 20 centímetros en una tubería que transportaba aguas ácidas a las plantas de tratamiento de Yanacocha. La condenable acción provocó una fuga de este líquido en la zona de Llagamarca a unos 25 kilómetros al norte de la ciudad de Cajamarca. Esta es la misma tubería que en octubre del 2006 fue quemada por desconocidos en un acto calificado como de terrorismo ecológico.

La estructura, de polietileno de alta densidad y 12 pulgadas de diámetro, se encuentra en desuso hace más de un mes ya que fue reemplazada por una segunda tubería que se encuentra bajo tierra. Pese a ello, este ataque permitió la fuga de remanentes de agua ácida que se encontraban aún en la tubería y que, según primeros reportes, llegó hasta el canal Llagamarca donde habrían ingresado unos 10 metros cúbicos de esta sustancia.

La empresa mantiene contacto permanente con los usuarios del canal Llagamarca, cuya participación puede resultar crucial para hallar a los responsables de este hecho que fue descubierto al mediodía del 13 de febrero del corriente.

Yanacocha manifiesta su indignación, e informa que hará la denuncia respectiva ante la autoridad correspondiente a fin que inicie las investigaciones que el caso requiere.

La empresa quiere dejar en claro que no pasará por alto ningún acto malintencionado que intente afectar el medio ambiente y la buena relación existente con sus vecinos. Actos como este, calificados como de terrorismo ecológico, no hacen más que alarmar a la población y alterar la paz social en Cajamarca.

www.cajamarcaopina.com – Cajamarca 14/02/2008


Este atentado muestra una vez mas la inoperatividad de la empresa FORZA que brinda e seguridad a Minera Yanacocha, la que se hace presente con todo su arsenal y capacidad de comunicación para reprimir violentamente las protestas campesinas pero muestra su total inoperancia para cuidar el patrimonio de la empresa razón principal de su presencia en Cajamarca.





DESLINDES. LA POBREZA Y LA SALUD


Uriel García Cáceres.


No importa cuán exitosos puedan ser los programas científicos para combatir las enfermedades, la justicia social será la más efectiva curación para los males que se originan en la pobreza. Este fue el colofón con el que concluimos un trabajo, hace unos dos años, sobre los problemas de salud en las comunidades donde predomina la miseria. Porque resulta incomprensible observar que se predique la idea de que con la utilización de los medios que la tecnología moderna de prevención ofrece curarán o se prevendrán las enfermedades que atacan a los pobres.

La tuberculosis, aquella que ataca a los pobres por vivir con condiciones infrahumanas, en viviendas que al analizarlas son una denuncia permanente al incumplimiento de los derechos de todo ser humano, no se cura con antibióticos. Se cura con justicia social; es decir, con un salario digno que llene las necesidades. Uno que proporcione buena vivienda, sin hacinamiento y con agua y desagüe, buena educación, riesgos cubiertos y una jubilación exitosa. En países como Canadá o Suecia no se conoce el programa DOT, ese que suministra antibióticos a toda persona que tenga el bacilo productor de la tuberculosis en el esputo. Aquí existe ese programa, que ha sido elogiado por la OMS, porque no quiere poner el dedo en la llaga. Antes de suministrar medicamentos, con imaginativas campañas, hay que transformar la distribución de la riqueza. Por eso la tuberculosis es, siempre, una enfermedad que ataca a los pobres del Perú, a pesar del mejor DOT del mundo.

A finales del gobierno "Revolucionario de la Fuerza Armada" se terminó de construir un magnífico hospital en Chimbote. Fue equipado con los más modernos implementos de atención curativa. Hace 30 años Chimbote –aún lo es en gran medida– era una gigantesca barriada, sin agua y menos desagüe. Allí, en febrero de 1991, como castigo del cielo, se inició la mayor epidemia de cólera que registra la historia de la salud pública mundial. Si como en la década de 1850 en Londres, se hubiera invertido algo menos que el costo actual de un moderno nosocomio en un sistema de agua potable y alcantarillado, Chimbote y a lo mejor el Perú entero se hubiese salvado del cólera. La tifoidea y todas las enfermedades diarreicas, comunes entre los niños pobres, por contagio fecal-oral, desaparecen cuando se dota de agua potable y de un sistema de desagües, que garantice que las deyecciones jamás contaminen los alimentos.

La enfermedad de Chagas es transmitida, por las deyecciones que emite el insecto transmisor al momento de chupar la sangre de su víctima. Se trata de un horripilante bicho, conocido como "chirimacha", del tamaño de una cucaracha de desagüe. Vive en los resquicios de los adobes de las casas de los pobres que conviven con cuyes y aves. El diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad es complejo. Hay imaginativos métodos de "atención primaria", para prevenir la enfermedad, como rociar insecticidas en las paredes, no criar cuyes, gallinas ni perros. Con una casa decente, producto del salario digno de una familia, desaparecen las chirimachas como por encanto y se van al olvido las "políticas de prevención antes que curación". Arequipa es un ejemplo. En los barrios residenciales no se conoce ni se oye hablar de Chagas ni nunca han visto una chirimacha. En las barriadas sí abundan. Podríamos llenar muchas páginas con ejemplos dolorosos. El cáncer del cuello uterino de las mujeres pobres de Pucallpa o Espinar, resultado de la promiscuidad sexual, omnímodo subproducto de la extrema pobreza.

La medicina socialmente orientada debe participar en el mejoramiento de vivienda, la nutrición, la educación o las oportunidades de empleo; combatir la discriminación y el racismo; luchar por eliminar la pobreza y las inequidades en la atención médica y, en general, de la sociedad en su conjunto. En muchas instancias de la acción de las llamadas políticas de salud, el "cientificismo" sigue poniendo trabas. No consideran que exista una patología de la pobreza. Minimizan el rol de la injusticia social como causa directa de las enfermedades en los pobres. Exageran la responsabilidad de los enfermos sin considerar que los que incumplen son los que menos pueden cumplir.

La medicina social es una especialidad inexistente en el país. Desapareció con Maxim Kuczshinsky Godard, Carlos Enrique Paz Soldán y Manuel Núñez Butrón. Es hora de restablecerla, como también es hora de implantar una política económica más justa que la que hoy existe y mucho más justa que la que se ofrece. El "chorreo" es un engaño y una bomba de tiempo.

Diario La República – Lima 14/02/2008






¿Qué está pasando con la Minería?


José De Echave


Voceros de la Sociedad Nacional de Minería han salido en las últimas semanas a señalar que la minería en el Perú está perdiendo dinamismo y que los problemas sociales nos han desplazado de los primeros lugares de los países atractivos para la inversión. Lo cierto es que lo que viene ocurriendo en el sector minero obliga a un análisis más detallado y a tomar en cuenta distintas variables.

En la minería peruana se han presentado algunas paradojas en los últimos años: mientras que los presupuestos de exploración han aumentado de manera sostenida en los últimos cinco años -convirtiéndonos en el primer país receptor de inversiones en América Latina-, y las concesiones mineras se han expandido a los niveles más altos alcanzados en de la década del 90, al mismo tiempo los niveles de crecimiento del Producto Bruto Interno de la minería metálica -en especial la producción de algunos metales como el oro-, han venido disminuyendo.

Como se puede apreciar en el gráfico, mientras que las tasas de crecimiento de la minería metálica fueron de 8,6% promedio anual en la década del 90 y 7,6% en el período 2000-2005, el año 2006 apenas fue de 0.5% y entre enero-noviembre 2007 (últimas cifras disponibles al momento de escribir este artículo), 0.55%.

Es evidente que las empresas han venido enfrentando serios problemas para pasar de la exploración a la etapa del desarrollo de proyectos. Sin embargo, los conflictos pueden ser leídos al mismo tiempo como causa y consecuencia: si bien las empresas y el gobierno prefieren verlos exclusivamente como la principal causa del estancamiento de los ritmos de crecimiento, éstos también deberían ser vistos como consecuencia de lo que no viene funcionando adecuadamente: por ejemplo en el marco de las regulaciones y en los mecanismos institucionales vinculados a este sector.

Cabe preguntarse si es posible pensar seriamente en una nueva etapa de expansión de la minería, como la que se vivió en la década del 90, sin cambios sustantivos en las reglas de juego. En este contexto, a lo que se le añade un escenario de mayor volatilidad en la economía internacional, cabe hablar de prudencia y de la necesidad de retomar los principales puntos pendientes de la agenda minera; sobre todo los relacionados con los aspectos sociales y ambientales, que no resistirán una nueva expansión acelerada sin mecanismos efectivos de regulación y control y sin una agenda que la vincule de manera clara y efectiva al desarrollo en las zonas donde se implanta.

Por lo tanto, reforma institucional, desarrollo de nuevos instrumentos de gestión para los temas sociales y ambientales, participación ciudadana oportuna e informada, gestión transparente y eficiente de los beneficios económicos que genera la minería; son algunos de los temas que aparecen en la agenda minera en el Perú y que deberán superar las resistencias de los sectores más conservadores de las empresas y el gobierno.

Diario La República – Lima 14/02/2008