17 de octubre de 2007

LA ECONOMIA Y LOS TERREMOTOS


Por: Marcos Valdez Cadenillas


Los analistas económicos internacionales reunidos en la undécima Conferencia de

Las Américas de The Miami Herald, en setiembre, tuvieron opiniones encontradas sobre el futuro de Latinoamérica. Mientras que algunos expertos pronostican una continuación del ciclo de crecimiento económico de la región -un promedio del 4.5 por ciento en los últimos años-, otros están convencidos de que la época de vacas flacas se nos puede venir encima en cualquier momento.

Efectivamente, si bien es cierto que en la mayoría de nuestros países se están aplicando políticas económicas responsables y ahorrando reservas para cuando vengan los años malos, por otro lado es evidente que aún somos demasiado dependientes de los factores externos. Nuestra temporal bonanza financiera se debe básicamente al incremento de la demanda de Estados Unidos y al crecimiento espectacular de China. No obstante, ambos gigantes de la economía mundial podrían comenzar "a enfriarse" en cualquier momento y, en consecuencia, a reducir progresivamente sus importaciones de materias primas latinoamericanas, sobre todo minerales, condenándonos irremediablemente a contraer nuestras tasas actuales de crecimiento.

El riesgo, por supuesto, no es el mismo para Chile. Los chilenos, además de haber firmado convenientes tratados de libre comercio con distintos países en el mundo, y tener un excelente superávit, gracias a sus exportaciones de vinos, frutas, vegetales, y principalmente de sus metales; que al igual que al Perú le significan más del cincuenta por ciento de ingresos de divisas al país; están preparándose para un nuevo "boom" minero.

El impacto directo de la minería en el PIS en los últimos años en el país sureño -señala Jerónimo Carcelén, asesor del Ministerio de Minas de Chile-, es de más del ocho por ciento debido a la gran cantidad de inversiones extranjeras en ese sector, gracias a un marco jurídico estable y a la paz social que impera en el país. "Hay una segunda oleada de inversiones, la gente habla de un segundo boom minero. Los proyectos entrarían a operar en el 2009 y el 2012. Eso traerá buenas noticias para Chile", dijo el experto en una entrevista para una publicación internacional.

Mientras tanto, en nuestro país, aunque los programas de inversión en la actividad minera también son expectantes, lo que está sucediendo, al contrario de Chile, es que la producción minera se ha estancado en los mejores casos, y en otros ha empezado a disminuir por agotamiento de los yacimientos y porque las comunidades campesinas han limitado la ampliación o el desarrollo de nuevos proyectos. Incluso, debido a esta última situación, la suspensión de los programas de exploración afectarán irremediablemente el crecimiento sostenido del sector, que desde hace aproximadamente una década ha sido el motor del desarrollo de varias regiones y del país en general.

La razón la conocemos todos de sobra: a las poblaciones les han metido "en su adentrito", un miedo de muerte a la actividad minera. La gente cree que allí donde haya una mina, se van a morir sus animales, sus tierras no volverán a dar una sola cosecha, y todos vamos a morir envenenados con los productos tóxicos que "irresponsablemente" emplean los mineros, dejando que alegremente contaminen los ríos para que mueran las truchas. El viejo cuento del espantajo. Cortesía del "ecologismo" irresponsable. Lamentablemente, ese temor visceral, ese miedo infundado y desproporcionado impide a las poblaciones ver la realidad. No sólo se trata de una mentira más grande que nuestras cabezas, sino que la verdad es totalmente diferente: la minería -mientras no desarrollemos otra actividad rentable- es la única palanca de desarrollo para regiones que, como Cajamarca, no tienen otra cosa que exportar. Más aún ahora, en que los precios de los metales han alcanzado niveles excelentes en el mercado internacional y que no durarán para siempre.

Nuestra respuesta al boom minero peruano de la última década y a la situación internacional conveniente para el Perú de estos años, quizá sea la prueba definitiva de que los científicos están equivocados y nosotros somos la demostración viva de que nuestra raza sí es refractaria al cambio y al éxito. De qué otra manera podría entenderse sino, que en vez de imitar a los países exitosos como Chile, nosotros prefiramos ir por el camino contrario. Hagamos lo que hagamos, el panorama económico mundial cambiará en cualquier momento. Los años de bonanza terminarán de todas maneras sin que hagamos nada para ayudar a que eso ocurra. No hay necesidad de que busquemos los malos momentos, ellos llegarán solitos. Entonces ¿Por qué nos suicidamos desaprovechando las oportunidades? ¿Por qué limitamos nuestro propio crecimiento cuándo hace décadas que no teníamos una oportunidad como ésta? ¿De verdad se trata de proteger el medio ambiente de una supuesta contaminación o hay otros intereses detrás de todo ese movimiento anti minero que nos impide tener mejores ingresos, un buen respaldo económico y una verdadera oportunidad de desarrollo?

Los años malos, los de las vacas flacas, son como los terremotos: sabemos que llegarán en cualquier momento, y al igual que cuando empiezan esos pavorosos movimientos telúricos, lo mejor será que nos encuentren preparados.

Revista Mensual “Tal Cual” – Cajamarca 17/10/2007









¿HACIA DONDE VAMOS?

LA AVALANCHA DE LOS CONFLICTOS MINEROS


La pregunta que nos podemos hacer de manera sensata, es ¿porqué estas zonas pobres donde la agricultura es una actividad de sobrevivencia y donde Desarrollo Humano es demasiado bajo; (el IDH de Ayabaca es de 0.56 y su ingreso familiar per cápita es de 242 soles mensuales; el IDH de Pacaipampa es 0.47 y su ingreso es 204 soles y en Carmen de la Frontera ellDH es 0.49 y su ingreso per cápita es 225 soles mensuales); se oponen a un proyecto que promete trabajo, inversión, mejoramiento de la calidad de vida y oportunidades de desarrollo?

Las aristas que ofrecen las respuestas a esta pregunta están en común acuerdo con la ideología y la percepción que se tenga del problema.

Para Marco Arana, líder de la lucha ambiental en Cajamarca, en incontables oportunidades ha dejado traslucir su concepción: Yo no estoy en contra de la inversión, ni de la minería, pero que se realice donde se pueda realizar, es decir no donde existen fuentes de agua. Un pensamiento de parte, parcializado, es el de la Sociedad Nacional de Minería, que no ha desperdiciado oportunidad para expresar su desacuerdo con este tipo de consultas que si bien es cierto sus resultados no son vinculantes, al menos se presentan como referente y pueden replicarse como "norma" en todos los lugares donde haya proyectos mineros en marcha.

Lo que si es cierto que aún cuando el tema minero se encuentra un tanto politizado y la injerencia de algunas ONG tiene ribetes de insensatez y de apetito conflictivo, la verdad que se evidencia a kilómetros es que hay ausencia del Estado en el tema de la información y prevención del conflicto. Se pensó que las oficinas de prevención de conflictos adscritas a la presidencia del consejo de ministros iban a ser solucionadoras de conflictos, pero la práctica no lo confirma así. Al menos en Cajamarca, no hay un conflicto que haya solucionado ni menos prevenido tal oficina.


EL PROYECTO DEL EJECUTIVO


¿Abona en algo a solucionar el problema, el proyecto del ejecutivo que priorizo con carácter de necesidad nacional la ejecución de 20 proyectos?, ¿Abona en algo el mensaje gobiernista que ataca peyorativamente de "comunistas" a las ONG, de incendiarios a los líderes y de estar en contra de la inversión y el desarrollo? Sinceramente no aporta nada. Lo que pasa es el gobierno del Estado no quiere ver es su ausencia reiterativa y negligente en el tema minero. Ha reducido el tema al dictado de normas desde el burocrático taburete ministerial y ha dejado que las mineras y los campesinos resuelvan sus diferencias como pueden. No hay capacidad preventiva y lo que existe en desmedro es una actitud reactiva, inoportuna e indiferente. La iniciativa legal 1640 fue ingresada el 22 de setiembre al Congreso, y dispone trámite urgente para el mismo, en el que se pide calificar como de interés nacional y de ejecución preferente los proyectos de inversión en la actividad minera, tres de los cuales son Michiquillay, Galeno en Celendín y La Granja en Chota. Y para la siguiente etapa el proyecto consigna el de San Cirilo, la zona donde hubo conflictos.

"En realidad me preocupa que se apruebe esta ley "entre gallos y medianoche", sería importante que las autoridades recuerden que hay una ordenanza regional que pedía al ministerio de Energía y Minas, no se de permiso de concesiones mineras, mientras no se apruebe el plan de ordenamiento territorial, pero este proyecto tiraría al suelo todo el intento que hacen las regiones para ordenar el territorio, ha señalado el sacerdote, Marco Arana.


DE LA PROTESTA A LA PROPUESTA


La propuesta de la parlamentaria Rosa Florián, ha caído como "anillo al dedo" en un escenario sumamente conflictivo. La creación de un Ministerio del Medio Ambiente es un clamor que se condice con la prédica de los líderes ambientalistas que exigen desde hace un buen tiempo la creación de una autoridad autónoma que esté desligada del Ministerio de Energía y Minas, pues este resulta "juez y parte". Marco Arana, ha saludado la iniciativa de la congresista Rosa Florián respecto a la creación del Ministerio del Medio Ambiente, pero también ha recomendado que tenga autonomía y que no sea burocrático y que no se corrompa.

Efectivamente la propuesta es oportuna y debe concretarse, pero que no siga el camino de la CONAM, cuyo presidente ha brindado consultorías a la empresa que pretende ejecutar el proyecto Majaz, como sí lo ha denunciado el periodista César Hildebrand L

¿Entonces, hacia dónde vamos? es un pregunta que merece respuesta. Los conflictos deben dar paso al entendimiento, pero como diría alguna vez el funcionario de Yanacocha, Ricardo Morel, "reconstruir, cuesta más que construir', pero no es vano seguir haciendo un esfuerzo más de responsabilidad social de las empresas mineras, de mayor participación del Estado, de involucrar a las comunidades y que sientan que son parte del proyecto y que en suma se genere confianza recíproca para aprovechar el uso responsable de nuestros recursos mineros.

Revista Mensual “Tal Cual” – Cajamarca 17/10/2007