TÍA MARÍA PONE AL DESCUBIERTO “CRECIMIENTO CAÓTICO” DE LA MINERÍA, AFIRMA DE ECHAVE
El caso de Islay demostró que “tenemos un Estado inoperativo, un Ministerio de Energía y Minas que quiere aprobar todos los proyectos habidos y por haber, y un Ministerio del Ambiente (…) que está pintado en la pared” afirmó el especialista José De Echave.
En diálogo con Servindi, de Echave, quién es director ejecutivo de la asociación Cooperacción, refirió algunas de las grandes lecciones que ha dejado a la luz el caso del proyecto Tía María, en Islay, Arequipa.
El proyecto, que recientemente fue declarado inadmisible por el gobierno, plantea cinco temas centrales. En primer lugar “esta suerte de crecimiento caótico, desordenado, carente de mecanismos de fiscalización de la actividad minera”, mencionó De Echave.
En segundo lugar, consideró que los estudios de impacto ambiental (EIA) en el país son “saludos a la bandera”, pues no son evaluados rigurosamente sino que la empresa contrata, paga y controla todo el proceso.
“el caso de Islay demostró que “tenemos un Estado inoperativo, un Ministerio de Energía y Minas que quiere aprobar todos los proyectos habidos y por haber, y un Ministerio del Ambiente (…) que está pintado en la pared”.
En ese sentido, se necesitan “nuevas políticas públicas, nuevas herramientas de evaluación ambiental más independientes, y que el Estado tome un rol de fiscalización adecuado”.
Un tercer tema que deja el caso de Islay es la discusión sobre dónde le conviene al país que haya minería y dónde no le conviene que haya. “Esto significa políticas de ordenamiento territorial”, explicó De Echave.
Por otro lado, se deben aplicar límites máximos de contaminación permisibles más rigurosos, y en otros casos no existen estos límites; tal como sucede con las emisiones de contaminantes al suelo, precisó.
Tenemos límites para la contaminación de atmósfera y tenemos límites sobre cuerpos de agua, pero están por debajo de los estándares internacionales, recalcó el especialista.
Servindi-Lima 05.05.2011
El caso de Islay demostró que “tenemos un Estado inoperativo, un Ministerio de Energía y Minas que quiere aprobar todos los proyectos habidos y por haber, y un Ministerio del Ambiente (…) que está pintado en la pared” afirmó el especialista José De Echave.
En diálogo con Servindi, de Echave, quién es director ejecutivo de la asociación Cooperacción, refirió algunas de las grandes lecciones que ha dejado a la luz el caso del proyecto Tía María, en Islay, Arequipa.
El proyecto, que recientemente fue declarado inadmisible por el gobierno, plantea cinco temas centrales. En primer lugar “esta suerte de crecimiento caótico, desordenado, carente de mecanismos de fiscalización de la actividad minera”, mencionó De Echave.
En segundo lugar, consideró que los estudios de impacto ambiental (EIA) en el país son “saludos a la bandera”, pues no son evaluados rigurosamente sino que la empresa contrata, paga y controla todo el proceso.
“el caso de Islay demostró que “tenemos un Estado inoperativo, un Ministerio de Energía y Minas que quiere aprobar todos los proyectos habidos y por haber, y un Ministerio del Ambiente (…) que está pintado en la pared”.
En ese sentido, se necesitan “nuevas políticas públicas, nuevas herramientas de evaluación ambiental más independientes, y que el Estado tome un rol de fiscalización adecuado”.
Un tercer tema que deja el caso de Islay es la discusión sobre dónde le conviene al país que haya minería y dónde no le conviene que haya. “Esto significa políticas de ordenamiento territorial”, explicó De Echave.
Por otro lado, se deben aplicar límites máximos de contaminación permisibles más rigurosos, y en otros casos no existen estos límites; tal como sucede con las emisiones de contaminantes al suelo, precisó.
Tenemos límites para la contaminación de atmósfera y tenemos límites sobre cuerpos de agua, pero están por debajo de los estándares internacionales, recalcó el especialista.
Servindi-Lima 05.05.2011