21 de febrero de 2012

LA MARCHA POR EL AGUA,
Democracia y medios de comunicación


Por: Julio César Castro Castro

Como los lectores recordarán, en su campaña electoral el presidente Humala, viajaba por el Perú, pidiéndoles a las mayorías nacionales su voto para la “Gran Transformación”. Se comprometía a garantizar derecho de los pueblos a elegir su modelo de desarrollo ante la voracidad de las compañías mineras y petroleras, que desde antaño, corrompían autoridades, engañando, dividiendo, y/u hostilizando a las comunidades campesinas, tal como magistralmente describiera Manuel Scorza en “Redoble por Rancas”.

En Piura, tanto Humala como su primera vicepresidenta, declaraban que iban a respetar la consulta vecinal y que ningún proyecto minero iba a prosperar sin la debida licencia social. En Cajamarca hoy los campesinos le recuerdan, cuando les decía que “el agua es más valiosa que el oro” y que su gobierno iba a ser-parafraseando a Arguedas- “un gobierno de todas las sangres”.

Pero al poco tiempo de ser elegido, el país contemplaba como “La Gran Transformación” no era sino la metamorfosis del propio Humala, quien intentaba justificar lo injustificable. En ese contexto, era ya entendible, como en pleno conflicto social en Cajamarca, el entonces ministro de Energía y Minas Herrera Descalzi viajara en el avión privado de Roque Benavides, accionista principal de Yanacocha, junto a este, y que su actual premier -exempleado de Yanacocha -sea un fervoroso defensor de dicho proyecto, ninguneando a las autoridades cajamarquinas legales y legítimas.

Así las cosas, las organizaciones cajamarquinas sociales, campesinas, ronderas, con el apoyo de la intelectualidad cajamarquina, incluyendo a la Universidad Nacional de Cajamarca, diversos gremios y sindicatos, impulsaron la llamada Gran Marcha por la Vida y el Agua, desde todos los rincones del país. A esta convocatoria se hicieron eco, vastos sectores de organizaciones agrarias y campesinas de de Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash, Ica, Arequipa, Cuzco, la propia Lima y muchos otras regiones. Desde un inicio fue la Marcha por el Agua fue ignorada, subestimada y calumniada por la mayoría de los medios de comunicación alineados con la Derecha Bruta y Achorada. El 8 de febrero, marchaban en Piura, entre cuatro a cinco mil personas, la mayoría campesinos de Ayabaca, Huancabamba, Pacaipampa, Tambogrande, Morropón. La mayoría de medios locales callaba ante esto. “El Comercio” inicialmente difundía que “cientos” de campesinos marchaban hacia Lima. Un comentarista de TV otrora antifujimorista y el director de un diario ultraderechista, decían que a la marcha solo fueron “cuatro gatos”. El Ministro Otárola declaraba que era una marcha extremista que atentaba contra el desarrollo económico y social del país.

El ministro Valdés exigía una marcha “técnica” y no política (sic).El día 09, unos despistados policías, detuvieron una hora a un joven militante del partido legal Patria Roja, decomisándole un estandarte con el símbolo de su partido, en el que figuraban la hoz y el martillo. Algunas radios y diarios advertían que Sendero Luminoso estaba auspiciando la Marcha. Al día siguiente de la multitudinaria y contundente presencia de miles de marchantes- entre los que estuvo quien les escribe- la mayoría de radios, TV y diarios limeños nuevamente… callaban. Hace poco Rosa María Palacios declaraba que nadie estaba obligado a dar cobertura sobre la Marcha del Agua y la Vida. Y a usted ¿le parece que esto es libertad de prensa?

http://www.eltiempo.pe/febrero2012/edicion-19-02-2012/noticias/opinion-111.html
El Tiempo.pe 19.02.2012