11 de abril de 2011

Aún con las heridas dejadas por la violenta represión, la población se volcó a los locales de votación a cumplir con su deber cívico.
ASISTENCIA A VOTACIÓN FUE MASIVA EN ISLAY


Si bien el júbilo inundó a los pobladores de Islay luego de la declaración de inviabilidad del Proyecto Minero Tía María, y luego de la suspensión de la huelga indefinida que duró 17 días, aún quedan las secuelas de los enfrentamientos que dejaron tres fallecidos y casi medio centenar de heridos.

Sin embargo, los pobladores acudieron desde temprano y en forma masiva a los locales de votación para emitir su voto, informó la Oficina Descentralizada de Procesos Electorales (ODPE) 2 de Arequipa.

En Islay, LA PRIMERA mesa de votación (Nº 206450) fue instalada en la institución educativa Mariano Eduardo de Rivero del distrito de Cocachacra a las 07:40 horas.

Augusto Paco, responsable de la ODPE 2, aseguró que en la zona el proceso electoral fue normal. El distrito de Cocachacra cuenta con 6,705 electores hábiles.

El jefe de la ODPE 2 recordó que en la víspera se dispuso el traslado, vía helicóptero, del material electoral a la provincia de Islay, con el propósito que éste llegue temprano a los diez locales de votación dispuestos en los seis distritos de la provincia.

Mientras se celebraba las elecciones, otro grupo de ciudadanos sufre en carne propia las consecuencias de la huelga indefinida que cobró la vida de tres personas. Bruno Condori Gutiérrez, de 35 años, es quizá el más afectado, ya que, tras una operación, perdió el ojo derecho, producto de un perdigón y, como él dice, prácticamente, la mitad de su vida.

Él al igual que otros cinco ciudadanos, permanecen internados en el hospital Honorio Delgado y uno en el Goyeneche. Como medida de ayuda, el gobierno regional de Arequipa, ha destinado un fondo de S/. 10 mil para cubrir sus gastos hospitalarios, monto que los ayudará pero que, a criterio del hombre dedicado a la agricultura en Punta de Bombón, no curará los rezagos del conflicto social, del que culpan al gobierno.

Su esposa Yolanda Tito (46) y su sobrina, desde el lunes pasado, improvisan una cama todas las noches para velar su sueño. Ella pide una prótesis para su cónyuge, que probablemente sea dado de alta el lunes. Ambos, saludan la decisión del gobierno, pero saben que la huella de la medida de fuerza quedará inmersa por siempre en sus vidas. “Las cosas no pueden quedarse así, junto con los otros compañeros, pediremos indemnizaciones al gobierno regional que esperó que hayan muertos para intervenir”, reclama. Cada paciente, en promedio, ha gastado entre 500 y mil soles.

Al lado de Bruno, en la cama 404 C, Mario Percy Payé Condori de 43 años, no puede ver, una bomba lacrimógena le reventó en la cara, dejándole secuelas en el ojo izquierdo y fractura en la nariz, lesiones que no podrá atenderse hasta el lunes, cuando el equipo tomográfico, necesario para analizar si existen daños adicionales, esté arreglado.

Percy, dedicado a la construcción en Mollendo, estuvo en la hora y lugar equivocados. El jueves por la mañana, caminaba por alrededores del terminal terrestre. “Cuando la lluvia de bombas lacrimógenas empezó, él trató de huir y en un cerrar de ojos, vio rebotar la bomba lacrimógena del suelo a su rostro”, dice Verónica Quiroz, su esposa. Ella aclara que el hombre no participó de ninguna marcha y lo considera como una víctima inocente.

La situación del resto de los pacientes, pese a sus diagnósticos, es estable, varios de ellos aún aguardan ser operados.

Diario La Primera-Lima 11.04.2011