28 de marzo de 2008

¿OBSERVACIÓN DE EXPERIENCIAS MINERAS O PERIPLO DE PERSUASIÓN?


Mónica Chuji, Asambleísta, a nombre personal escribe:


Me ha costado asimilarlo. Vísperas de la partida de algunos colegas asambleístas de la Mesa 5 de Recursos Naturales y Biodiversidad de la Asamblea Constituyente, quienes atienden una invitación -en mi opinión, impertinente- de empresas transnacionales, para supuestamente conocer "proyectos limpios" de extracción minera de gran escala en algunos países, no solo deseo llamar la atención en torno a este tipo de injerencia nefasta en el proceso constituyente, sino en general, en la vida de nuestro Estado y de regiones enteras de nuestro país.

Hace pocas semanas, los asambleístas de la Mesa Constituyente 5 tuvimos la oportunidad de visitar en la provincia de Sucumbíos, las zonas devastadas por las operaciones petroleras de la compañía Texaco y donde hoy siguen operando Petroecuador y otras empresas privadas. Lo hicimos como parte de nuestra obligación de conocer de primera mano, el testimonio de decenas de compatriotas afectados y violados en sus derechos más elementales a una vida digna y a un ambiente sano y libre de contaminación.

Lo hicimos también como una demostración plena de nuestra voluntad de construir una Carta Magna con participación activa de las organizaciones sociales y la ciudadanía. Conocimos cómo con dignidad y esfuerzo muchas de estas organizaciones se han unido para enfrentar en un juicio histórico a una de las transnacionales más poderosas del planeta. Por eso debo decir que en Sucumbíos se escribe una de las páginas más importantes de la historia de la dignidad de quienes vivimos en este país.

Aspiraba a que aquellas experiencias vividas junto a mis colegas asambleístas genera una actitud más comprometida y desinteresada por el cambio radical que demanda nuestro pueblo, en defensa de las víctimas de los atropellos, de los engaños, de la arbitrariedad. Anhelaba a que luego de escuchar a los Secoya, a los Waorani, a los campesinos colonos de Shushufindi y Joya de los Sachas, entendiesen de una vez por todas por qué y para qué estamos aquí en Montecristi en esta Asamblea Constituyente.

Me cuesta admitir que a las pocas semanas de la experiencia del /"toxic tour"/ en los campos petroleros contaminados, el cabildeo y las persuasiones a las que las transnacionales del saqueo están acostumbradas en su trato con las comunidades en las zonas de sus proyectos de explotación, esta vez haya llegado al seno mismo de la Asamblea y de nuestra mesa.

Vienen a mi memoria, las amargas vivencias en la Amazonía de los excluidos y las víctimas de siempre. Donde las empresas como parte de sus estrategias para despejar de obstáculos la ejecución de sus proyectos, han establecido como hábito la generación de desconfianza entre las comunidades y las organizaciones. Entre las bases y sus líderes. Desconfianza unida a las promesas de empleo, bienestar, progreso, mayor desarrollo y hasta respeto al medio ambiente y a los derechos de la gente. Los encargados de ejecutar esas tareas de control de la población han sido los llamados "relacionadores comunitarios".

Cuando la generosidad inicial de estas empresas se agota, sobrevienen los incumplimientos, las promesas fallidas, las frustraciones, los sobresaltos y los conflictos. Y cuando éstos estallan, las estrategias para tratarlos han sido una sutil combinación de persuasión, soborno a dirigentes unidos a la represión, la criminalización de la protesta, y nuevas estrategias para neutralizar la reacción legítima de quienes son engañados al tiempo que son afectados.

El éxito de las empresas extractivas en sus proyectos en buena parte radica en esta oficinas de relaciones comunitarias, y en su manera eficiente de manejar los conflictos: promoviendo corrupción,generando divisiones y enemistades, amedrentando a quienes no aceptan sus ofertas, desinformando, y sobre todo, identificando a quienes localmente les son útiles y funcionales a sus intereses. Tan eficientes son estas empresas, que en muchos casos, encuentran la manera perfecta de mimetizarse.

En la actualidad tenemos petroleras o mineras transnacionales que hablan y plantean sus propuestas con rostros y voces campesinas mestizas, o con apariencia Kichwa, Waorani o Shuar. Incluso han llegado a nuestra mesa bajo esa apariencia.

Son personajes que se abandonan y pierden en la codicia, en el interés personal, olvidando sus principios, sus promesas y traicionando a sus pueblos, a sus antepasados y a sus hijos. Son víctimas del egoísmo y del gusano del capital que los corroe por dentro. Luego son irreconocibles y ya no hablan ni actúan por sí mismos. Simplemente han prestado su rostro y su voz.

Hace unas semanas me preguntaba si las mineras transnacionales, celebraban la aparente luz verde a sus megaproyectos. Parece que no están seguras y han organizado un "tour minero", para intentar convencer de una vez por todas a quienes dudan de las bondades de la minería a gran escala. La receta de moda para el futuro del país, según algunos.

Me permito recomendarles que en su agenda en el caso de Perú, no olviden visitar el yacimiento polimetálico de Tambogrande en Piura (donde han operado las compañías Phelps Dodge o Britton) y a sus víctimas de Las Lomas o Chulucanas. Sería interesante que aprovechen para ir a la tumba de uno de los caídos en la defensa de sus tierras: Godofredo García Baca y le rindan un homenaje a nombre de todos quienes nos quedamos acá.

Cerca pueden visitar un lugar histórico, donde fue asesinado el mismísimo Atahualpa, pese a ofertar a los conquistadores una habitación llena de oro. Si, el lugar es Cajamarca y los cerros La Quinua, San Cirilo o Quilish, pueden resultar muy pedagógicos, donde opera la minera Yanacocha, subsidiaria de la canadiense Newmont. También pueden ir al cementerio y buscar el nicho de Isidro Llano Echevarría, otro loco opuesto al progreso del Perú, o hablar con alguien todavía vivo como el sacerdote Marco Arana, y preguntarle lo que ha pasado ahí en estos años.

O para ampliar su visión del tema minero, puede ser interesante ir a Chile, donde los últimos 12 años, las multinacionales del cobre se llevaron 23 millones de toneladas de ese material, por un valor de 43 mil millones de dólares, sin pagar impuesto alguno. Y a cambio, el país de la presidenta Bachelet le debe a esas empresas, más de 2 mil millones de dólares en crédito fiscal.

Además en el país de Allende o Víctor Jara, pueden visitar el valle del Huasco, a unos 150 km. de la ciudad de Vallenar, en la III Región, donde está el proyecto minero "Pascua Lama", a cargo de la Compañía Minera Nevada, filial de Barrica Gold Corporation (BGCo) de Canadá. Aprovechen para conversar con las comunidades huasqueñas y visiten la capilla del Alto del Carmen, donde el Padre Enrique les pondrá en contacto con las personas del lugar, para que ellos les expliquen cómo se pretende eliminar los glaciares de la zona y dejarlos sin fuentes de agua, en una de las zonas más áridas del mundo.

O si les queda tiempo, pueden ir al sur de ese país, al Lago Lleu Lleu, en territorio Mapuche cerca de Concepción y visitar a las comunidades de Rucañanco y sus experiencias con la extracción del cobre y molibdeno, y comprender cómo a nombre de la soberanía y del interés nacional también se violan los derechos de los pueblos ancestrales. Pero también les sugeriría visitar Indonesia donde se registra uno de los desastres ecológicos más grandes del mundo.

En fin colegas asambleístas, sin olvidar que la dignidad y los derechos no se negocian, tengan un buen viaje y recuerden la frase de Denis Diderot: "engullimos de un sorbo la mentira que nos adula, y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga".

Los derechos humanos y colectivos, la vida en toda su dimensión y la soberanía no son negociables.

Atentamente,

Mónica Chuji
Asambleísta

Ciudad Alfaro, Montecristi
jueves 27 de marzo de 2008